Si usted no se perdió el primer y único debate hasta ahora de los líderes que se disputan el cargo político más alto en Canadá, los escuchó seguramente hablando a uno por encima de los otros, interrumpiéndose y presentando sus plataformas partidarias con temas de conversación cuidadosamente elaborados. Lo que no oyó fue una discusión racional de la política, un intercambio de ideas, o a un líder intentando persuadir a otros para ver las cosas de manera diferente. Así que ¿fue realmente un debate?
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Mark Kingwell, profesor de filosofía en la Universidad de Toronto, entrevistado por CBC/Radio Canada, dice que los debates «reales» requieren que los participantes lleguen al escenario previsto con un conjunto de hechos y objetivos y con la mente abierta – tan abierta- que estén dispuestos a cambiarla. Él dice que si se regresa atrás, a lo que fue inicialmente la tradición de un debate, se llega a la idea de que un debate debe ser como la lucha libre desnudo.
«Hay una vieja máxima griega según la cual tienes que venir desnudo para luchar, y la idea es que para involucrarte en una especie de intercambio agónico con un digno oponente, tienes que presentarte vulnerable, ante la búsqueda de algo que tiene valor para ambos». Mark Kingwell, filósofo.
Si eso sucediera, dice, los votantes realmente podrían llegar a ver bien la capacidad de cada líder de pensar, de persuadir y de decir la verdad. Pero Kingwell dice que a pesar de que él escucha que los canadienses anhelan un debate «real», no está tan seguro de que realmente lo quieran. Un debate real, después de todo, requiere no sólo de mentes abiertas de sus participantes, sino también de sus espectadores.
«Cualquiera que sea el estado del debate y el discurso político actual, ¿puede un ciudadano, cualquier ciudadano, ir a una elección preparado para cambiar su mente?»
El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Alberta, Julián Castro Rea, nos explica su visión de lo que fue el primer debate electoral entre los cuatro principales líderes de los partidos federales que intentarán ganar las elecciones el 19 de octubre. Un debate, dice, sin mayores sorpresas.
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