La tormenta tropical Erika azotó ayer a Domínica, en las Antillas menores, provocando importantes inundaciones y deslizamiento de tierras que dejaron por lo menos 4 muertos y destruyeron por lo menos unas 20 casas.
Cerca de 23 centímetros de agua de lluvia cayeron en la noche del miércoles al jueves en esta pequeña isla montañosa situada entre Guadalupe y Martínica, y otros 15 centímetros cayeron ayer.
Según el ministro de Comunicaciones de Domínica, la situación es peligrosa. Hay un apagón en 80% de la isla y cesó el aprovisionamiento de agua potable. El aeropuerto principal fue cerrado debido a las inundaciones.
El río que atraviesa la capital se desbordó e inundó el puente principal. Las calles están cubiertas de árboles y postes eléctricos caídos. Las calles se transformaron en imponentes arroyos.
El Primer ministro interino, Rayburn Blackmore, pidió a la población que no salga de sus casas debido al peligroso estado de la situación.
Erika se encontraba el jueves por la mañana 140 kilómetros al oeste de Guadalupe y se desplazaba hacia el oeste a 25 kilómetros por hora con vientos sostenidos de 80 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes con sede en Miami.
Erika, que se acerca ahora de Puerto Rico, las Islas vírgenes y República Dominicana este viernes, no debería ganar más fuerza en el transcurso de los próximos días.
La advertencia de tormenta tropical sigue vigente para Puerto Rico, las Islas Vírgenes americanas y británicas, Monserrat, Turcos y Caicos y el sudeste de las Bahamas.
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