El legendario explorador de las profundidades submarinas Robert Ballard presta su barco, el Nautilus, a un equipo de científicos de la Universidad Victoria, que está explorando a lo largo de una falla tectónica de Columbia Británica donde se encuentran muchas fuentes hidrotermales misteriosas.
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Explorador asiduo de las aguas profundas Robert Ballard es bien conocido por el descubrimiento de los restos del naufragio del Titanic, y de muchas otras naves. Tal vez no ha viajado 20.000 leguas bajo el mar, pero aun así su barco se llama Nautilus, un homenaje a su héroe favorito, el capitán Nemo. Hoy Robert Ballard se involucra en una tarea altamente simbólica para él. En colaboración con un equipo de Canadá, estudiará nuevamente las esquivas fuentes hidrotermales. Se trata de uno de sus primeros y más importantes descubrimientos realizados en 1977, frente a las Islas Galápagos. El mundo todavía está sorprendido de esas chimeneas de humo negro y chorros ardientes que brotan del fondo del mar, donde las placas tectónicas de rozan, se separan o se aplastan. Estas aberturas emiten gases provenientes de las profundidades del planeta. Se trata de un ambiente altamente tóxico, que, para sorpresa de todos, resultó ser el anfitrión de una abundante vida abismal, cuyo potencial apenas se conoce hoy en día. El Dr. Ballard se asocia en esta misión, con la red Neptuno, el mayor observatorio submarino de fuentes termales en el mundo. Esa red de cables y sensores fue instalada por el Instituto de Redes Oceánicas de Canadá, a 2600 m de profundidad y a 300 km al frente de la costa oeste canadiense. Esto permite realizar investigaciones de un valor fundamental, dijo Robert Ballard. «Nosotros llegamos, exploramos, descubrimos y nos vamos, pero la red Neptuno está ahí y sigue permitiendo una observación directa en el tiempo», dice. Los sensores de temperatura, de salinidad, de acidez y de temblores sísmicos de Neptuno envían datos e imágenes continuamente a millones de científicos de todo el mundo. Pero la red, sujeta a una presión barométrica increíble, necesita ser mantenida. Esto es lo que el submarino robótico del Nautilus va a hacer. Durante la misión de tres semanas, las cámaras ultra-sofisticadas de la nave de Robert Ballard permitirán cartografiar por primera vez en 3D el paisaje submarino a lo largo de la placa tectónica Juan de Fuca, frente a la isla de Vancouver. Este territorio es desconocido, dijo Ballard, como lo es un tercio del territorio canadiense. «33% de la superficie de Canadá está bajo el agua y es en gran parte desconocida”.- Robert Ballard, arqueólogo submarino, fundador del Instituto de Exploración Oceánica Trust. Especialista que estudia desde hace más de treinta años las fuentes hidrotermales, el biólogo marino Kim Juniper, del Instituto de Redes Oceánicas de Canadá, se complace en dar la bienvenida al Dr. Ballard y su equipo. «Su descubrimiento de las fuentes hidrotermales ha demostrado que la vida puede existir sin luz ni oxígeno», dice Juniper. Los organismos que se desarrollan a 3000 metros de profundidad en aguas a 350 ° C y que están inmersos en un ambiente lleno de metales pesados, podrían ser la clave del futuro en biotecnología, según Juniper. Él destaca su capacidad de simbiosis con contaminantes o células cancerosas. «Este es el descubrimiento más importante en biología marina del siglo 20. Con la biotecnología, cada vez más nos interesamos en el potencial de estos organismos que sobreviven en ambientes extremos. » – Kim Juniper, biólogo marino del Instituto Redes Oceánicas de Canadá. En su camarote, Robert Ballard muestra con orgullo una reproducción enmarcada de una página original de un libro de Julio Verne, el autor que inspiró su vida. A los 78, Ballard todavía tiene la mirada de admiración de un niño fascinado por un pulpo. «Uno nunca sabe sobre lo que va a caer, estamos siempre listos, podríamos descubrir una nueva especie», dice el arqueólogo marino. Su primer objetivo, dice, es inspirar a dos millones de escolares que siguen sus expediciones submarinas, gracias a un transmisor vía satélite conectado permanentemente a las cámaras de su nave. «Todavía hay mucho que explorar. La exploración de la Tierra apenas comienza. Los exploradores del futuro están en la escuela, tienen 12 años. «- Robert Ballard, arqueólogo submarino, fundador del Instituto de Exploración Oceánica Trust. Esta misión exploratoria es dirigida por la oceanógrafa del Instituto de Redes Oceánicas de Canadá, Kate Moran. Robert Ballard seguirá todo en directo desde sus oficinas en Connecticut, al igual que los millones de niños en edad escolar que van a descubrir una de las últimas regiones desconocidas de Canadá, es decir, el fondo de uno de sus tres océanos. Hace 30 años….. En septiembre de 1985 Robert Ballard descubrió los restos del naufragio del Titanic, hundido por un iceberg el 15 de abril 1912. Durante mucho tiempo la expedición fue descrita como una simple expedición científica. Pero en 2008 documentos secretos guardados revelaron que la expedición había sido originalmente llevada a cabo con la intención de recuperar por parte de la marina estadounidense dos submarinos nucleares naufragados, el Tresher y Scorpion. En los años 60, dos de los más poderosos submarinos nucleares estadounidenses, el USS Thresher y USS Scorpion, desaparecieron en las profundidades negras y heladas del océano Atlántico en condiciones misteriosas y todavía no explicadas. Los restos de los submarinos han sido encontrados más tarde, pero no asi rastros de los hombres del equipaje. Las 129 hombres del Tresher y del Scorpion han literalmente desaparecido! En 1989 Ballard descubrió los restos del Bismarck, un acorazado alemán hundido durante la Segunda Guerra Mundial. Además Del Bismark, Ballard ha descubierto los restos del naufragio del USS Yorktown, un portaaviones estadounidense hundido durante la Batalla de Midway, y barcos hundidos durante la batalla de Guadalcanal. Para ver las imágenes en directo: Oceannetworks.ca ou Nautiluslive.org
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