El padre del niño sirio Alan Kurdi, que apareció ahogado en una playa de Turquía la semana pasada, declaró a un diario alemán que Canadá era responsable de la tragedia, que también le costó la vida a su esposa y a su otro hijo.
“Yo quería vivir en Canadá con mi familia y mi hermano, que se encuentra actualmente en Alemania. Pero ellos nos rechazaron y no entiendo por qué”, declaró Abdullah Kurdi en una entrevista telefónica con el diario alemán Die Welt.
El ministerio canadiense de Ciudadanía e Inmigración afirma por su parte que nunca recibió ningún pedido en ese sentido. Su hermana, Tima Kurdi, que viven en Columbia Británica, en el oeste canadiense, declaró que ella tampoco había hecho ese pedido.
El ministerio confirmó sin embargo, que si trató un pedido hecho por su hermano, Mohammed, que fue rechazado porque estaba incompleto y no cumplía con los criterios reglamentarios en lo que respecta a la prueba de reconocimiento del estatus de refugiado.
Tina Kurdi afirma que aunque no hubiera enviado un pedido formal por su hermano Abdullah, su caso había sido señalado al ministro de la Inmigración, Chris Alexander, por intermedio de una carta que le fue entregada antes de la tragedia por el diputado neo-demócrata de su región en la Cámara de los Comunes.
La foto ahora célebre del pequeño Alan, yaciendo la cara contra la arena en una playa de Turquía, suscitó la indignación internacional y reavivó el debate sobre los refugiados en Europa.
Este debate se introdujo también en la campaña electoral de Canadá. Los partidos de la oposición pidieron al primer ministro Stephen Harper que recibiera más refugiados en el país.
Después del drama, Abdullah Kurdi regresó a Siria para enterrar a su familia. Él dijo al diario alemán que no tenía más la intención de instalarse en Canadá y espera que su familia no haya muerto por nada.
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