Los ciudadanos canadienses, así como los partidos políticos tienen un particular interés por el lugar de Canadá en el mundo. Pero, ¿cuál es este lugar? ¿Ha cambiado en los últimos años, en las últimas décadas?
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Es raro que la política exterior de Canadá sea uno de los principales temas de la campaña electoral federal. Esto se produjo hace más de dos décadas, con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Y regresa este año, debido a la crisis de los migrantes y la presencia de Canadá en la coalición de lucha contra el grupo armado Estado islámico.
El papel desempeñado por Canadá en la escena internacional tiene muy poco que ver con las últimas décadas, de acuerdo con Louise Arbour.
Conservamos en Canadá una mitología, un estereotipo de lo que uno cree que es. Seguimos pensando que estamos involucrados en el mantenimiento de las operaciones de paz y que es un paraíso para todos los condenados de la tierra. Esto no es cierto! Ya no lo somos y debemos volver a serlo nuevamente, dice Arbour, ex juez de la Corte Suprema de Canadá y ex Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.

Un país a la vanguardia de la historia
Históricamente, Canadá ha jugado un papel importante en la escena internacional, en particular a través de sus compromisos multilaterales y liderazgo en temas de derechos humanos y de mantenimiento de la paz. Muchos han olvidado, pero fue un abogado canadiense de Montreal, John Humphrey, quien escribió el primer borrador de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.
Fue un canadiense, el ex primer ministro Lester B. Pearson, el padre de la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, los famosos Cascos Azules. Lo que le valió el Premio Nobel de la Paz en 1957.
Canadá, bajo el liderazgo del primer ministro Brian Mulroney, fue un líder internacional prominente, particularmente en el caso de la lucha contra el apartheid.
«Si no hay ningún progreso en el desmantelamiento del apartheid, podríamos no tener otra solución que romper nuestras relaciones con Sudáfrica. » Brian Mulroney
El acuerdo sobre las lluvias ácidas, el acuerdo de libre comercio, la Convención contra las minas terrestres son todos temas en los que Canadá jugó un papel de liderazgo. A través y por medio de las Naciones Unidas y otros foros multilaterales, Canadá ha jugado un papel mucho más allá de su peso económico y político.

Un compromiso que se ha reducido de la mitad
Hoy las cosas han cambiado. Las cifras hablan por sí solas. Si en 1990 Canadá gastó 2,4% de su PIB en su compromiso internacional (ayuda al desarrollo y gastos militares), y estaba al mismo nivel que Alemania e Italia, ahora está gastando 1,2%, es decir la mitad, según un estudio reciente del Consejo Internacional de Canadá. Este es el peor desempeño de todos los países del G7, ocupando el último lugar.

Lo mismo si se compara con un grupo de potencias medias como Australia, Suecia, Noruega. Canadá ocupa el último lugar.
La OTAN espera que sus países miembros gasten un promedio de 2% de su PIB en defensa. Canadá no llega.
Veamos a las fuerzas de paz. Canadá contribuía hasta con 3.000 soldados en la fuerza de paz de la ONU en el año 1994. Hoy en día, no son más de 120 cascos azules en el terreno sobre un total de 97.000 hombres. El país que reclama la paternidad de las fuerzas de paz se encuentra en el lugar 63º entre los contribuyentes a la fuerza de paz de la ONU.
Según Jean-Christophe Boucher, profesor en el departamento de ciencias políticas en la Universidad MacEwan en Edmonton, Alberta, Canadá inició un giro ya hace dos décadas.
Sobre todo, dice, con Stephen Harper, porque eso corresponde a su visión de la historia de Canadá.
“Canadá tiene un pasado militar, un pasado británico y los conservadores ponen énfasis en aquellos momentos de la historia militar canadiense, en lugar de centrarse en el mantenimiento de la paz”.

En este contexto, pocos observadores han expresado su sorpresa por el fracaso de la candidatura de Canadá al Consejo de Seguridad de la ONU en 2010, cuando Canadá perdió ante Portugal.
En el frente de las relaciones bilaterales con nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, han surgido varias disputas. Incluso en cuestiones tan importantes como Israel y Ucrania, donde todavía la sensibilidad canadiense se parece mucho a la de los estadounidenses, desde hace algunos años Canadá da la impresión de andar solo, debido a sus posiciones tajantes.
¿Que prometen los partidos?
Los tres partidos políticos que están a la cabeza de los sondeos para la elección de este 19 de octubre aún no han revelado todas sus promesas en materia de política exterior. En un país donde no hubo ninguna presentación de política exterior desde hace 10 años (Libro Blanco) y donde 11 ministros de Asuntos Exteriores se han sucedido en 15 años, compromisos claros de cada parte, que tengan en cuenta tanto los cambios del mundo como la historia, serían sin duda bienvenidos.
Los compromisos internacionales de los partidos hasta la fecha
Bloque quebequense (partido independentista de Quebec)
Dar una voz diplomática a Quebec – promover el multilateralismo y volver al liderazgo de hace 40 años – evitar que el Gobierno de Canadá envíe tropas a zonas de conflicto sin el consentimiento del Parlamento.
Nuevo Partido Democrático
Fortalecer la presencia de Canadá en las fuerzas de paz – poner fin a la participación de Canadá en la operación militar contra el grupo armado Estado islámico y ya no participar en operaciones sin el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. Hacer esfuerzos para detener el flujo de armas, fondos y activos, y luchar contra la pobreza – acoger 10.000 refugiados a finales de año y 9.000 por año durante cuatro años. Apoyar el acuerdo nuclear iraní.
Partido Conservador
Mantener su compromiso con la coalición internacional contra el grupo armado Estado Islámico. La seguridad es una prioridad. – Trabajar por la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Canadá seguirá pidiendo cuentas al «régimen ruso». – Mantener su participación en favor de la salud de las madres y los niños, en colaboración con la Fundación Bill y Melinda Gates. – Mantener el Ártico como una prioridad – considerar a Irán como una amenaza, a pesar del acuerdo sobre energía nuclear. Se continuará apoyando los esfuerzos de la Agencia Internacional de Energía Atómica para vigilar el país
Tomado de Radio Canadá y RCI.
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