El sector de la Salud en Canadá se encuentra desde hace tiempo en el centro del debate público. El renombre del que gozó durante décadas el sistema sanitario canadiense, por su carácter de universal y gratuito, parece estar declinando.

Lentitud y recursos
Si bien es cierto que los canadienses tienen asegurado el derecho al acceso a los cuidados de salud de manera gratuita, en comparación, por ejemplo, con sus vecinos de Estados Unidos, donde la atención médica no cubre al total de la población y los costos de la misma pueden llegar a ser exorbitantes, las largas listas de espera y la carencia de médicos de familia para numerosas personas suelen ser dos de los puntos criticados con más frecuencia.
En el caso específico de Quebec el sistema sanitario ha estado en el centro de la discusión en los últimos meses, en buena medida por los ataques que el ministro Gaétan Barrette ha expresado hacia los profesionales del sector, acusándolos de no trabajar lo suficiente y por su decisión de modificar la estructura administrativa a nivel provincial, introduciendo la denominada Ley 20, lo que es visto por los sindicatos y sus representados como un recorte presupuestario velado.
Más allá de esas disputas, es un hecho constatable que las demoras en la atención son una realidad en toda la provincia: una persona que asiste a ver a un médico en un hospital pude enfrentar una espera de varias horas, que en algunos casos exceden lo razonable. Es común que quienes necesitan ver a un profesional de la salud debido a alguna dolencia no considerada urgente deban esperar en la guardia hospitalaria 3, 4 o 5 horas hasta ver el médico. En casos extremos esa demora ha llegado a superar las 10 horas.
Pero incluso la consultas con un médico de familia presetan en muchos casos demoras de varios meses entre el pedido de consulta y el moemento en el que esta se concreta.
En el caso de las intervenciones quirúrgicas, el panorama también presenta falencias. Numerosas operaciones son programadas con meses de espera, lo que, en el caso de quienes cuentan con los recursos necesarios, hace que se busque atención en el extranjero. Pero la mayoría no disfruta de ese “beneficio”.

Buscando médico
Según las estadísticas más recientes, el número de habitantes en Quebec que no tienen un médico de familia se habría cuadruplicado en los últimos años: en 2013 se contabilizaron 106.000 personas sin médico familiar, cifra que aumenta a 420.000 en 2015.
Según el ministro Barrette esa realidad se debe a que, a pesar de las mayores inversiones en materia de Salud, los médicos atienden cada vez a menos pacientes en un contexto de crecimiento de la población.
Por el contrario, los galenos y sus sindicatos dicen que la situación es agravada por la política de austeridad en los gastos implementada por la administración provincial, que resta recursos financieros, materiales y profesionales al sistema.
La Federación de Médicos Generalistas rechaza el cuadro de situación presentado meses atrás por la administración del primer ministro Philippe Couillard, y sostiene que en los últimos 3 años al menos 900.000 personas pudieron acceder a un médico de familia.

¿Listas de espera modificadas?
Según una información difundida por la red en francés de Radio Canadá, existen denuncias de que las famosas listas de espera son manipuladas por los responsables a los efectos de presentar una mejor situación ante sus superiores.
La Alianza del Personal Profesional y Técnico de la Salud y los Servicios Sociales, afirma que la extensión de las listas de espera es reducida artificialmente, sobre todo en lo referido a las áreas de servicios a domicilio y de la salud mental.
La Alianza, que representa a 32.000 profesionales de la salud en áreas como las de trabajo social, terapia psicológica, ergoterapia y ortofonía, sostiene que algunos especialistas se han visto obligados a anular la atención personalizada de sus pacientes e incluirlos en sesiones colectivas, como es el caso de los psicólogos, para de ese modo mejorar su productividad y encuadrarse en las normas de espera máximas dictadas por el ministerio, que son de 30 días en cuidados de primera línea y de 60 en el caso de los servicio de salud mental.

¿Y dónde está el paciente?
En medio de lo que aparece como un diálogo de sordos entre gobierno, sindicatos y profesionales queda el usuario del sistema.
En momentos en que se avecina una elección federal, el escenario es propicio para que los diversos candidatos aclaren sus posturas en torno a la Salud y su realidad.
Más allá de las estadísticas y de los presupuestos, los sistemas de salud de Quebec y de Canadá en su conjunto merecen directrices y recursos adecuados para seguir siendo confiables frente a los ojos de su principal beneficiario: el paciente.

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