La lactancia materna es un acto tan natural que cuesta entender por qué, con frecuencia, la acción de dar el pecho en público genera resistencia o incluso conflictos.
Meses atrás, en un supermercado Walmart de la ciudad de Montreal, una mujer que amamantaba a su bebé fue desalojada del sitio por personal del negocio.
Ciertas prácticas gozan de un reconocimiento en el discurso que, a veces, nos vemos llevados a creer, erróneamente, que se trata de derechos defendidos incluso por la ley.
En el caso específico de Canadá ese respaldo legal no existe. A esto se suma que varias generaciones de mujeres no practicaron la lactancia materna, lo que generó una sensación de extrañeza ante dicho acto.

La necesidad de establecer políticas claras por parte de las empresas y de comunicarlas de manera efectiva hacia su personal, incrementar el apoyo por parte del sistema sanitario para sostener la práctica del amamantamiento de los lactantes y la creación de conciencia respecto a que la leche materna constituye el mejor alimento posible para un bebe, además de una barrera efectiva contra numerosas enfermedades, son parte de los ejes de la problemática.
A ese cuadro de situación, debe sumarse la urgencia para regular el accionar de las empresas productoras de alimentos para bebés, como ocurre en algunos países asiáticos que bien podrían ser tomados como modelos.
Al respecto se refiere Isabelle Michaud-Létourneau, del Movimiento Lactancia Materna en Quebec, en diálogo con Luis Laborda.
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