El presidente palestino, Mahmoud Abbas, dijo que no desea un repunte de la violencia mortal en la porción oriental de Jerusalén y los territorios ocupados de Cisjordania, ni tampoco una espiral de la confrontación armada con Israel.
Cuatro israelíes fueron muertos apuñalados o por disparos de armas de fuego desde vehículos en movimiento el jueves último, en hechos atribuidos a militantes palestinos. La policía detuvo al autor de la agresión con arma blanca, al tiempo que fuerzas militares apresaron a integrantes del grupo islámico Hamas, como presuntos autores de los disparos.
Dos palestinos, uno de ellos de 13 años de edad, resultaron muertos y cerca de 170 heridos en enfrentamientos con soldados israelíes en Cisjordania el domingo último. Otro hombre de nacionalidad palestina, acusado de acuchillar a un adolescente israelí, fue muerto a tiros por la policía en Jerusalén.
Con las conversaciones de paz entre Israel y Palestina empantanadas desde 2014, los últimos hechos han levantado la preocupación en torno a una posible escalada de la violencia y de un eventual tercer alzamiento palestino, aunque los sucesos en cuestión no han alcanzado la virulencia de enfrentamientos anteriores.
Durante un encuentro de la Organización para la Libración de Palestina (OLP), Abbas dijo que espera evitar un conflicto violento, al tiempo que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció una serie de medidas de seguridad que distan de poder ser consideradas como una operación militar de gran envergadura.
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