El vicepresidente estadounidense Joe Biden, puso fin este miércoles al suspenso sobre su posible candidatura a las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos y anunció que no se presentaría como candidato a la investidura del Partido Demócrata.
El vicepresidente que hizo su declaración en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca al lado de su esposa Jill y de Barack Obama, dijo que “no será candidato, pero no se quedará callado”.
De 72 años de edad, Joe Biden explicó que el duelo de su hijo había pesado en su decisión de no presentarse y que él no se sentía listo para realizar una campaña presidencial agotadora en las dolorosas circunstancias actuales para él y su familia.
Beau Biden, hijo mayor de Joe Biden, murió en el mes de mayo de un cáncer en el cerebro a los 46 años de edad. Él había alentado su padre a presentarse.
El anuncio hecho por el vicepresidente pone fin al suspenso de su participación en la primaria de los demócratas y levanta un importante obstáculo político para Hillary Clinton, que se perfila como la favorita para obtener la investidura del partido.
El descenso registrado en las intenciones de voto para la ex Secretaria de Estado había dejado entrever la posibilidad de la candidatura de Biden. Algunos de sus partidarios le pedían que se presentara.
Pero la ex primera dama logró cambiar la tendencia gracias a su actuación en el debate entre los pretendientes demócratas la semana pasada. Una encuesta de opinión le daba el apoyo de 52% de las personas interrogadas contra 27% para su rival Bernie Sanders. Joe Biden por su parte obtuvo 13%.
Joe Biden fue candidato dos veces a la investidura demócrata en 1998 y 2008. Fue senador del Estado de Delaware durante más de 30 años. Popular entre los electores de la clase media y los obreros, Biden podría jugar un papel influyente en la actual campaña si decide dar su apoyo a cualquiera de los candidatos.
Los otros candidatos a la investidura demócrata son el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley y el ex gobernador de Rhode Island, Lincoln Chafee.
Su papel como vicepresidente fue precioso para la Casa Blanca, particularmente gracias a su relación con el Congreso, lo que le ha permitido participar en las difíciles negociaciones sobre los temas fiscales con los congresistas republicanos.
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