Douglas Hines, fundador de True Companions, posa con una muñeca de goma de tamaño natural llamada Roxxxy en una Expo en Las Vegas en 2010.
Photo Credit: (Paul Sakuma / AP)

Los sexrobots y una campaña en contra

Antes limitados al mundo de la ciencia ficción los sexorobots humanoides están haciendo su camino rápido al mercado- tan rápido- que algunos estudiosos dicen que como sociedad, no hemos tenido tiempo para prepararnos a su llegada. Un robot humanoide está diseñado para simular el cuerpo y los movimientos de un ser humano. Pero, ¿qué pasa cuando esos robots son diseñados para satisfacer sexualmente a las personas?

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Un asistente se inclina para mirar a un robot sexual, Roxxxy , una «verdadera compañera» en el stand de TrueCompanion.com en la AVN Adult Entertainment Expo en Las Vegas, Nevada, en 2010. © (Robyn Beck / AFP / Getty Images)

RoxxxyGold  mide 1,74 metros de altura y tiene por medidas 96-76-94. Construida de silicona y metal, se activa con sensores en la piel plástica y es capaz de responder a la voz humana. Sus desarrolladores afirman que es incluso capaz de mantener una conversación elemental, aunque sin mover la cara de momento. Esa robot, cuyo prototipo fue presentado en 2010,  salió a la venta este año lanzada por la compañía True Companions.

Y eso no le cae nada bien a Kathleen Richardson. Ella es una especialista en ética robot en la Universidad De Montfort en Inglaterra.

En una entrevista en el programa de CBC, As It Happens, conducido por Carol Off, Richardson dijo que los robots sexuales cosifican a las mujeres y los niños, y perpetúan lo que ella ve como «formas abusivas de relaciones.»

«Lo que encuentro más y más es que las ideas que vienen con los robots sexuales son las mismas que justifican la prostitución y la industria del sexo.  Más investigaba y más me daba cuenta que había algo preocupante en la manera en que la gente concibe las relaciones. Los robots son una continuación de esa experiencia de satisfacer sus necesidades, sin tener en cuenta la otra parte.»

Richardson indica que el argumento que escucha a menudo es que el sexo con robots es inofensivo ya que los robots no son humanos. Pero ella lo ve diferente.

«Supongo que la forma de pensar de la gente es creer que la tecnología no es humana.  Pero la realidad es que sabemos que cuando se produce la tecnología, la gente no deja atrás los temas de género, raza y clase.  Los llevan con ellos. Y en realidad importan esas ideas a la maquinaria que crean”.

La campaña

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Especialistas europeos en ética robot están pidiendo la prohibición del desarrollo de robots sexuales que ellos creen que «podrían perturbar la experiencia de la vida humana » y » contribuir con las desigualdades de género en la sociedad.» © (campaignagainstsexrobots.wordpress.com)

Kathleen Richardson junto al científico sueco, el Dr Erik Billing, está encabezando una iniciativa para detener el desarrollo de robots sexuales (o por lo menos, asegurándose de que los están desarrollados éticamente) de un supuesto beneficio para las mujeres, niños y hombres de cualquier lugar.

«En las últimas décadas, los esfuerzos de la industria han apuntado a  invertir en el desarrollo de robots sexuales – es decir, máquinas en forma de mujeres o niños para utilizarlos como objetos sexuales, sustitutos de los compañeros humanos o prostitutas», escribe Richardson en la recientemente lanzada Campaña contra el sitio web de Robots sexuales.

Argumentando que tales robots son «perjudiciales» y que podrían tener un «efecto nefasto en la sociedad», ella hace hincapié en la necesidad de un enfoque organizado que aborde las cuestiones éticas en torno a los sexo-bots y su producción.

«No estamos proponiendo ampliar los derechos de los robots. Nosotros no vemos a los robots como entidades conscientes, dice el sitio web de la campaña. «Proponemos en cambio, que los robots sean un producto de la conciencia y la creatividad humanas y que las relaciones de poder entre humanos se reflejen en el diseño, la producción y los usos de estos robots.  Como resultado de ello, nos oponemos a cualquier esfuerzo para desarrollar robots que contribuyan a las desigualdades de género en la sociedad”.

La campaña se articula en las ideas que se encuentran en un documento presentado recientemente por Richardson en la 20 conferencia anual  Ethicomp en Leicester, un evento que se utiliza como un foro para que los académicos discutan de los problemas éticos que rodean a las computadoras.

El documento titulado  «La Relación asimétrica: Paralelos entre prostitución y desarrollo de los Robots Sexuales”, puede ser leído en su totalidad en la web de la campaña contra los robots sexuales junto con un resumen de los principales puntos tratados.

Richardson sostiene entre otras cosas, que el desarrollo de los robots sexuales reduce la empatía humana que sólo podría desarrollarse en una relación mutua, y construye ideas presentes en la prostitución respecto a la inferioridad de las mujeres y los niños. Ella desafía la noción de que los robots sexuales tendrán un beneficio positivo para la sociedad o que reducirán la explotación sexual y la violencia hacia las personas prostituidas.

El director general de la compañía True Companions, Douglas Hines, dice que la muñeca Roxxxy Doll no pretende sustituir a un ser humano.

«No estamos suplantando a la esposa ni intentando reemplazar a la novia.  Se trata de una solución para las personas sin relaciones o para alguien que ha perdido un cónyuge,» le dijo Hines a la BBC. También dijo que el acto físico del sexo sólo sería un componente del robot. «La mayoría del tiempo lo pasará socializando e interactuando», agregó.

Pero Richardson encuentra difícil de creer en ese argumento.

«Fíjese en ese sitio web, puede elegir entre personalidades. Una de ellas es frígida, otra es dominadora, incluso la forma en que las caracterizan como mujeres altamente sexualizadas y especiales. No son compañeras”.

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