Desde hace varios años, el resultado es casi siempre el mismo: mientras la gran mayoría de los países miembros de la ONU -188 en la votación del año pasado- exigen el levantamiento del embargo, Estados Unidos e Israel votan en contra de esa proposición.
El tema de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba fue abordado, en los últimos días, en una conferencia, por el embajador de la isla en Canadá Julio Garmendia. Martín Movilla habló con él.

En la ONU, en Este 2015, la votación de la proposición que pide el fin del bloqueo se hará en un contexto diferente:
– La reanudación de las relaciones diplomáticas entre los dos países vinculados a este embargo,
– Un clima político binacional mucho más positivo y constructivo gracias al impulso dado al diálogo por los dos presidentes –Barack Obama y Raúl Castro- particularmente desde diciembre del 2014,
– Las declaraciones repetitivas de la administración Obama de la necesidad de poner fin a un bloqueo que no pocos –en Estados Unidos- consideran “anacrónico y sin resultados”,
– El apoyo indiscutible de la mayoría de la opinión pública estadounidense para que el gobierno “pase la página”, deje el embargo atrás y logre una mejor relación económica y política con los cubanos,
– El apoyo de la mayor parte de los cubanos en exilio –fundamentalmente los de Miami- para que el bloqueo sea cosa del pasado,
– El lobby que hacen grandes empresas, grupos de granjeros, una parte importante del sector financiero, los petroleros y hoteleros para que Estados Unidos abra el comercio con la isla caribeña,
– La decisión de la dirigencia cubana -guiada por hombres y mujeres considerados como líderes históricos del proceso revolucionario de las últimas décadas- de mostrar apertura y disposición al diálogo, sobre cualquier tema, incluyendo el de los Derechos Humanos,
– El apoyo de la mayoría de la población cubana al nuevo clima político que domina las relaciones con Estados Unidos y a una normalización de las relaciones,
– Un clima geopolítico favorable expresado por gobiernos y dirigentes de Europa, África, Asia y América Latina.

Ahora bien, no todas las cosas son color de rosa y es posible que la previsible aprobación de una resolución de la ONU pidiendo el fin del bloqueo o embargo no sea acompañada, en el terreno, de un avance significativo inmediato que acabe con esa imposición debido a desacuerdos entre las partes:
-Algunos sectores consideran que sólo es posible levantar el embargo si Cuba asume compromisos de respeto de los Derechos Humanos tal cuál se ve el tema y las obligaciones desde Estados Unidos y, particularmente, desde sectores conservadores que –aunque minoritarios- pueden seguir bloqueando la eliminación del bloqueo en el Congreso del país norteamericano,
– Cuba quiere discutir –sobre Derechos Humanos o cualquier tema- en igualdad de oportunidades y dignidades frente a Estados Unidos, no acepta lo que ellos llaman “imposiciones” y dicen que en tierras estadounidenses también se presentan casos de violación de derechos fundamentales –con las comunidades negras y los latinos por ejemplo- como lo han mostrado los medios de comunicación,
– Los cubanos están convencidos de que Barack Obama puede hacer mucho más y utilizar sus poderes presidenciales para poner fin al bloqueo o crear condiciones más claras para ello,
-El presidente de Estados Unidos quiere pasar a la historia pero desde su partido y su gobierno hay voces que quieren que la eliminación del embargo pueda “mostrar que obtuvo algo de lo que piden los opositores” al final de las conversaciones y acuerdos,
– Hay detrás del bloqueo un debate económico complejo sobre una indemnización que Cuba siempre ha reclamado por los “daños, perjuicios y costos” sufridos como consecuencia del mecanismo y que se cifra en más de 100 mil millones de dólares,
– El otro tema económico está relacionado con las expropiaciones y nacionalizaciones hechas por Cuba –al inicio de la revolución- que llevaron a procesos en cortes estadounidenses y que tienen a compañías y personas –la mayoría de ellas cubanos en exilio- a la espera de una reparación. Esas demandas también ce cifran en decenas de miles de millones de dólares

El tema, como puede deducirse, es complejo y no será fácil que el embargo o bloqueo sea levantado rápidamente.
Sin embargo, como nunca antes, las condiciones están dadas para que se elimine el mecanismo y se haga una apertura política, económica, diplomática y social completa entre los dos vecinos luego de más de medio siglo de tensiones.
Las decisiones políticas serán las que decidirán –en los próximos meses- hacia donde caminan las relaciones entre cuba y Estados Unidos.
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