Los socorristas siguen trabajando para ayudar a las víctimas del violento temblor de 7.5 en la escala de Richter, que sacudió ayer el noreste de Afganistán y Pakistán, dejando más de 300 muertos en las zonas montañosas.
Miles de habitantes pasaron la noche de lunes a martes fuera de sus casas, con temperaturas cerca de cero, por temor a las réplicas, informaron medios pakistaníes.
“Las operaciones de socorro están en curso y se están llevando en el momento, carpas, sábanas y colchones”, dijo a Reuters en Peshawar, noreste de Pakistán, Latif Ur Rehman, responsable de los servicios de emergencia pakistaníes.
En Afganistán, donde la entrega de la ayuda es difícil por las amenazas a la seguridad debido a la insurrección de los talibanes, alrededor de 80 personas murieron en varias provincias, Badakshan entre otras, donde centenares de personas perdieron la vida el año pasado debido a deslizamientos de tierra. En la provincia de Kunar, una de las más golpeadas, se cuentan 42 muertes confirmadas.
Por lo menos 4.000 viviendas fueron destruidas o sufrieron serios daños debido al temblor a través de todo el país, declaró el jefe del ejecutivo afgano, Abdullah Abdullah. Los talibanes por su parte hicieron un llamado a las ONG caritativas para que presten su ayuda a las víctimas del temblor.
En Pakistán se cuentan 228 muertes confirmadas. El temblor de una magnitud de 7.5 fue seguido por 7 réplicas, algunas de una magnitud de 4.8, según el Instituto Geológico Estadounidense. La última se sintió en la madrugada de hoy martes.
El epicentro del temblor fue localizado 254 kilómetros al noreste de Kabul y a una profundidad de 213 kilómetros bajo la corteza terrestre.
El temblor se produjo prácticamente 6 meses después del temblor que dejó 9.000 muertos en Nepal el mes de abril pasado.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.