Una semana antes de las elecciones, los conservadores sospechaban que los resultados serían humillantes. Aquel al que simplemente llamaban Justin, y del cual dijeron que no estaba listo, resultó un «excelente corredor de maratón», dijo un ex senador conservador, refiriéndose al electo primer ministro Justin Trudeau.
A pesar de la derrota, el partido no necesita una reconstrucción, los conservadores han ganado 99 escaños, siete más en Quebec, pero entran en campo minado.
Los riesgos de ruptura existen en momentos en que la dirección del partido se prepara para elegir a un jefe, el 5 de noviembre, tras la toma de posesión del nuevo gabinete Trudeau.
Los conservadores de Stephen Harper perdieron a su jefe, el que fue capaz de unir a la derecha y silenciar a la disidencia. Si pudieron llegar al poder después de un largo tiempo en la oposición en Ottawa, fue gracias a esta unión.
«Creo que debemos aprender de nuestros errores, dijo el senador conservador Jean-Guy Dagenais. Harper decía a menudo: «nunca vamos a ganar una elección cuando el partido está dividido.» Y creo que la gente ha entendido. Hemos estado durante mucho tiempo en la oposición y ¿por qué estábamos en la oposición? Porque el partido se dividió. »
De ahí la importancia de elegir a un líder interino que pueda mantener la disciplina, la cohesión de los años Harper, adoptando un tono más conciliador, un mensaje más optimista.
La danza de los nombres comenzó el día después de la elección: Diane Finley, Rob Nicholson, Denis Lebel, tres ex ministros que han vivido a la sombra de Stephen Harper, y, especialmente, que sobrevivieron a la ola liberal.
El Presidente de la Cámara, Andrew Scheer, es uno de los que se consideran entre los posibles candidatos.
El desafío del bilingüismo
El otro desafío para el Partido Conservador es encontrar un candidato bilingüe, todo un problema porque los bilingües son más bien raros en la dirección del partido.
«Hay muchos que son capaces de comunicar sus ideas en francés, dice Claude Carignan, ex líder del Gobierno en el Senado. Creo que no vamos a pedirles que sean perfectamente bilingües, pero por lo menos sí de ser capaz de comunicar las ideas del partido”.
Para algunos conservadores, sería impensable elegir un candidato monolingüe. Sería «suicida», dicen.
Es cierto que en el futuro inmediato, los conservadores no tienen mucho tiempo para hacer un balance y analizar el fracaso de esta campaña. Este no es el tiempo para curar las heridas, sino más bien de elegir a un nuevo líder, en un corto plazo, para desempeñar su nuevo papel como oposición oficial.
«El papel esencial de jefe interino, dado el hecho de que hemos estado en el poder 10 años, es ser capaz de explicar a los diputados el trabajo de la oposición. Tendremos que estar atentos. El Sr. Trudeau promete gastos extravagantes. Pondrá al país bajo una tarjeta de crédito. »
– El senador Jean-Guy Dagenais
Esto significa mantener a Justin Trudeau en su punto de mira en la Cámara de los Comunes durante el período de discusiones. El líder interino será el portavoz del partido, el que deberá, en un mundo ideal, acortar la luna de miel que vive el nuevo primer ministro.
Es el comienzo de una larga transición para el Partido Conservador. La elección de un jefe permanente no es para mañana. Podría tener lugar en dos años, pero ya se especula. Jean Charest, Mark Mulroney, Jason Kenney, John Baird, Maxime Bernier, son algunos nombres que circulan.
El primer ministro Harper renuncia la semana que viene
Stephen Harper dimitirá justo antes de que los liberales de Justin Trudeau tomen el control del gobierno el 4 de noviembre.
Un portavoz en Rideau Hall, donde reside el gobernador general David Johnston, anunció que el Sr. Harper había visitado al representante de la Reina después de las elecciones del 19 de octubre y había manifestado su intención de dimitir como primer ministro a raíz de la victoria del partido Liberal.
Stephen Harper fue primer ministro desde febrero de 2006. la familia Harper se prepara ahora para volver a vivir en Calgary.
El primer ministro saliente dijo que iba a seguir siendo diputado de la circunscripción Calgary Heritage en la provincia de Alberta, para mantener su influencia en el futuro de su partido.
No es una práctica inusual. El ex primer ministro liberal Paul Martin había permanecido como diputado durante dos años después de que su partido fue derrotado en 2006. El ex primer ministro John Diefenbaker, que estuvo en el poder de 1957 a 1963, había seguido representando a la circunscripción durante 16 años después de su derrota.
Radio Canadá, Prensa Canadiense.
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