Muchos estudiantes venezolanos se ven confrontados a la imposibilidad de pagar sus matrículas, sus arriendos y su manutención. Las reglas del cambio de divisas impiden a muchos padres enviar dinero a sus hijos. El gobienro asegura que necesita control de cambios para evitar especulación y desestabilización.

Muchos estudiantes venezolanos se ven confrontados a la imposibilidad de pagar sus matrículas, sus arriendos y su manutención. Las reglas del cambio de divisas impiden a muchos padres enviar dinero a sus hijos. El gobienro asegura que necesita control de cambios para evitar especulación y desestabilización.
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Controles de divisas crean problemas a estudiantes venezolanos

Escuche Un poco más de 20 mil estudiantes venezolanos -que siguen sus formaciones en el extranjero- siguen protestando contra el gobierno de ese país por la negativa o las trabas que deben vivir sus familiares a la hora de solicitar el cambio de divisas para pagar matrículas o manutención.

Según varios de esos estudiantes internacionales, la situación los ha llevado a perder cupos en universidades y visas de estudio y trabajar ilegalmente para poder pagar sus cursos y mantenerse en donde están.

Enrique Machado es el portavoz, en Canadá, de EVE –Estudiantes Venezolanos en el Exterior- y denuncia lo que está sucediendo. Machado no tiene problemas por el cambio de divisas –tiene ciudadanía canadiense- pero asumió la vocería del grupo porque, dice, no teme a las que llama posibles represalias.

Martín Movilla habló con él sobre los estudiantes y sobre las causas de la decisión del gobierno de controlar más y reglamentar las divisas para estudiantes.

Los estudiantes, las divisas extranjeras y el bolívar  

Esta situación –con los estudiantes- comenzó en octubre del 2014 cuando el gobierno venezolano se dio cuenta de un aumento significativo, según ellos anormal, del número de estudiantes extranjeros que pedían autorizaciones de cambio de divisas.

El caso emblemático fue el Dublín, en Irlanda, donde el aumento de estudiantes fue –siempre según las autoridades venezolanas- de un 90 por ciento, en muy poco tiempo.

Las alarmas se prendieron y el gobierno impuso más reglas y controles para el cambio de divisas para estudiantes y elaboró una lista de profesiones “que benefician al país” que tendrían la prioridad.

Todo para reducir o casi eliminar el riesgo de que los “carteles de divisas” aprovecharan a los estudiantes para sacar dólares de Venezuela por vías legales y luego regresarlos al país por vías ilegales y venderlos en el mercado negro donde el valor es muy superior a la divisa oficial.

El problema es que desde que existen los controles cambiarios, en Venezuela el dólar oficial tiene un precio muy distante del dólar comercializado en el mercado paralelo.

Un día como hoy, el dólar al cambio oficial -reservado para áreas consideradas como prioritarias o neurálgicas- tiene un valor de 6,30 bolívares fuertes por cada dólar estadounidense.

Pero existen otras denominaciones y precios que hace más complejo el sistema: el dólar al cambio SICAD –que proviene de una subasta- es un tipo de cambio para viajeros y transacciones electrónicas con proveedores extranjeros y al 2 de noviembre del 2015 se cotiza en 13,50 bolívares fuertes por cada dólar estadounidense.

El cambio de divisas SIMADI, proveniente del sistema marginal de divisas y que tiene libre fluctuación en operaciones de bolsa, bancos y casas de cambio, se cambia en la misma fecha a 199,80 bolívares fuertes por cada dólar estadounidense.

Se supone que cualquier persona puede comprar los dólares en las operaciones de esta denominación: 300 por día, 2000 por mes y hasta (un total de) 10 000 por año.

Finalmente está el llamado cambio referente que se ubica -al 2 de noviembre del 2015- en 621,08 bolívares fuertes por cada dólar.

Este último es el valor del mercado paralelo y el más utilizado en las calles y para quienes no logran aprobaciones del gobierno.

Así las cosas: el cambio oficial de divisas de 6,30 representa un poco más del 1% del valor del cambio referente de 621,08. Es decir que si una persona obtiene autorización de comprar 1000 dólares con el cambio oficial esto le costaría 6300 bolívares fuertes.

Esos mismos 1000 dólares en el mercado referente costarían -o podrían venderse- en 621 080 bolívares fuertes.

Es frente a esa realidad que el gobierno dice o asegura que debe actuar para activar y poner en práctica controles. Esos controles, según el Estado, deben incluir a todo el mundo.

Ahora bien, dicen los padres de los estudiantes que el dinero que piden es de ellos, que no es un regalo y que sólo exigen que les permitan cambiar sus bolívares por dólares u otras divisas para ayudar a sus hijos.

¿Cómo saber quién usa o aprovecha el sistema y quién sí usa las divisas para pagar sus estudios? Es un verdadero rompecabezas para el gobierno y –en muchos casos- podría estar causando corrupción e ilegalidad al interior de las organizaciones de control y de autorización para los cambios de divisas.

El debate cambiario es bastante extenso y tiene argumentos de un lado y del otro. Lo cierto es que cuando las divisas tienen una plataforma multivalores las restricciones de cambio se vuelven norma, al igual que los sobornos y el mercado negro se convierten en opciones “corrientes” según ciertos analistas.

Mientras el debate se arregla en macro economía y en intereses políticos, los estudiantes siguen buscando alternativas para pagar lo que estudian.

Categorías: Inmigración y Refugiados, Internacional
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