La epidemia de cólera que se declaró en Irak se propagó a Siria, Koweit y Bahréin, y corre el riesgo de transformarse en una epidemia regional, mientras que millones de peregrinos se preparan para viajar a Irak, afirma Peter Hawkins, director de UNICEF para Irak.
La enfermedad, que puede provocar la muerte rápidamente por deshidratación o dificultades renales, fue detectada al oeste de Bagdad en septiembre y desde entonces ha infectado a unas 2.200 personas en Irak y ha dejado ya 6 muertos.
Varios millones de musulmanes chiitas son esperados en Irak en diciembre para el Arbain, una fiesta religiosa que marca el fin del período de duelo que se guarda cada año en conmemoración del asesinato en Kerbala, Irak, del nieto del profeta Mahoma, cuya muerte en el año 680 provocó el gran cisma entre chiitas y sunitas.
La UNICEF trabaja con los dignatarios chiitas de las ciudades de Nadjaf y Kerbala, para transmitir la información sobre los medios para protegerse del cólera, que es endémico en Irak y en esa región en particular, dijo Peter Hawkins en una entrevista con Reuters.
Irak, desbordado en su lucha contra el Estado Islámico que se amparó de una parte de su territorio el año pasado, no cuenta con los fondos necesarios para enfrentar la crisis del cólera. El conflicto desplazó a más de 3 millones de personas, de las cuales muchas viven en campamentos, donde las condiciones son propicias a la propagación de la enfermedad.
Un caso de cada cinco en Irak golpea a un niño. En diferentes partes del país, la entrada escolar fue retardada de un mes por medida de precaución, dice la UNICEF en un comunicado.
En respuesta a la epidemia, la UNICEF distribuye agua embotellada, pero como la mayoría de los organismos humanitarios en Irak, también le están haciendo falta los fondos.
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