Le président américain Barack Obama accompagné du vice-président Joe Biden et du secrétaire d’État John Kerry

El presidente estadounidense Barack Obama acompañado del vicepresidente Joe Biden y de su secretario de Estado, John Kerry, anunciando su rechazo al proyecto de oleoducto Keystone XL en una conferencia de prensa el 6 de noviembre de 2015.
Photo Credit: Susan Walsh

El presidente Obama dijo no al oleoducto Keystone XL

Tras siete años de discusiones y de controversias, el presidente estadounidense Barack Obama rechazó, este viernes, el proyecto de oleoducto Keystone XL que debía llevar el petróleo bruto de las arenas bituminosas de la provincia canadiense de Alberta hacia las refinerías estadounidenses.

El presidente Obama hizo saber que su administración rechaza el proyecto de oleoducto entre Canadá y Estados Unidos, principalmente porque Keystone XL podría perjudicar al papel que su país juega en la lucha contra los cambios climáticos, pero también porque el Departamento de Estado estadounidense solo veía un beneficio económico “marginal”.

“El Departamento de Estado decidió que el oleoducto Keystone XL no sirve al interés nacional de los Estados Unidos. Estoy de acuerdo con esta decisión”, dijo Barack Obama.

Su secretario de Estado, John Kerry, agregó que Keystone XL habría facilitado “el transporte hacia Estados Unidos de una de las fuentes de energía más sucias del planeta”.

Barack Obama hizo saber que tenía muchas ganas de ir a París para la Cumbre sobre los Cambios Climáticos.

Canadá decepcionado, promete mejorar

El presidente estadounidense indicó que comunicó su decisión al nuevo primer ministro canadiense Justin Trudeau quien le transmitió su decepción. “Lamentamos esta decisión, pero respetamos el derecho de Estados Unidos a tomarla”, escribió el dirigente canadiense en un comunicado.

El nuevo Primer Ministro indicó que las relaciones canado-estadounidenses “son mucho más que un solo proyecto”. Justin Trudeau dijo que tenía muchas ganas de encontrarse con Obama “para comenzar de nuevo”.

Su ministro de Relaciones Exteriores, Stéphane Dion, sostuvo que la decisión “presionaba” al gobierno para reconstruir la confianza de la comunidad internacional hacia el proceso de evaluación medioambiental canadiense. “El gobierno Trudeau enviará el mensaje de que Canadá será ejemplar en la lucha contra los cambios climáticos”, prometió.

La Primer Ministro de Alberta, Rachel Notley, manifestó su decepción por el uso del término “sucio”, utilizado por el gobierno estadounidense para describir “las exportaciones petroleras” de Alberta. Ella recordó la importancia para su provincia de poder llevar el petróleo hacia los mercados mundiales, sobre todo hacia las costas del Atlántico y del Pacífico.

Ella recordó que su gobierno estaba preparando normas medioambientales más severas, en colaboración con el gobierno federal.

Le trajet proposé dans le projet Keystone XL, qui veut acheminer du pétrole des sables bitumineux de l'Alberta jusqu'au Texas.
El trayecto propuesto por el proyecto Keystone XL. © ICI Radio-Canada

El primer ministro de Saskatchewan, una provincia que se encuentra en el trayecto previsto por Keystone XL, se burló del rechazo estadounidense por razones medioambientales.

En un mensaje de Twitter, Brad Wall destacó que el transporte de petróleo por tren hacia Estados Unidos había aumentado grandemente en los últimos años. Él sostuvo que el Departamento de Estado estadounidense había incluso admitido que este método de transporte emite más emisiones de gas con efecto invernadero que el transporte por oleoducto.

Poco antes del anuncio, el valor de las acciones de TransCanadá, la empresa a cargo del proyecto Keystone XL, había caído de 6%.

TransCanadá indicó que “estudiaría todas sus opciones” tras este rechazo de Estados Unidos. La empresa canadiense agregó que podría solicitar nuevamente un permiso presidencial “para un oleoducto que atraviese  la frontera y permita transportar el petróleo bruto”.

Este controvertido proyecto de TransCanadá presenta, desde el comienzo, conflictos políticos y judiciales. Recientemente, la empresa había pedido a Estados Unidos suspender temporalmente la solicitud de autorizo del proyecto justamente en espera de la resolución de una disputa sobre el trazado del oleoducto en el Estado de Nebraska. La demanda, rechazada dos días después, fue vista como una táctica de la petrolera para pasar la decisión final entre las manos del próximo presidente estadounidense.

Categorías: Economía, Internacional, Medioambiente y vida animal, Política, Sociedad
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