La Comisión de examen de quejas concerniente a la policía militar, CPPM, llevará a cabo una investigación sobre actuaciones de miembros de la policía de las Fuerzas armadas canadienses durante su despliegue en Afganistán en 2010-2011. La CPPM quiere saber si órdenes “provenientes de Ottawa” fueron dadas para asfixiar el asunto.
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Nuevas acusaciones de crímenes de guerra y de encubrimiento formuladas contra la policía y los comandantes militares canadienses en Afganistán y en Ottawa están ahora bajo investigación por parte de un organismo de control independiente.
La Comisión de Quejas de la Policía Militar anunció que estaba llevando a cabo una investigación de interés público sobre denuncias contra miembros de la policía militar canadiense que habrían abusado y «aterrorizado» a detenidos afganos en una prisión canadiense en Kandahar.
La comisión de quejas también está investigando por qué la unidad policial supuestamente independiente de los militares, el Servicio Nacional de Investigación, NIS, no formalizó denuncia en el caso, a pesar de que estaba dentro de su poder y su mandato.
En cambio, la comisión de quejas reveló en una carta, que la unidad policial supuestamente la difirió al comandante canadiense en Afganistán, el entonces Brigadier General Dean Milner.
«Los cargos fueron presuntamente revelados al comandante de la Task Force de las Fuerzas Armadas Canadienses (CAF) y que, según el querellante, los ignoró», escribió la presidenta de la comisión Hilary McCormack en una carta con la decisión publicada el jueves.
Denuncia anónima
Las denuncias a la comisión de quejas fueron formuladas en una página escrita a máquina que fue enviada anónimamente en febrero desde un hotel del aeropuerto en Toronto.
La queja alega que policías militares realizaron una serie de ejercicios de entrenamiento militar dentro de la instalación canadiense de mantenimiento en Kandahar con el fin de «aterrorizar» a los detenidos.
En al menos un incidente, los policías entraron en una celda donde estaban algunos detenidos afganos, y ejercieron violencia física y sicológica contra ellos. «El demandante dice que la tensión era tan alta que dos meses después varios detenidos defecaban y orinaban sin control,» escribió McCormack en su carta.
Los incidentes fueron investigados por el Servicio Nacional de Investigación, NIS, que se creó fuera de la cadena de mando con el fin de preservar su integridad y mantener a distancia la influencia de la cadena de mando militar. Pero no se presentaron cargos.
«Una de las principales preocupaciones del demandante es su percepción de que el asunto fue deliberadamente ignorado o “encubierto», escribió McCormack.
«La demanda alega que los cargos fueron específicamente » ignorados «y hace hincapié en que todavía no ha habido ningún consejo de guerra o cargos hasta el día de hoy, a pesar de la gestión del NIS y las posteriores investigaciones.»
McCormack dijo que solo ese hecho es una grave preocupación y que justificaría una investigación. Se supone que el NIS debe ejercer su facultad de investigación fuera de la cadena de mando, no con deferencia al mismo, o incluso en consulta con él. «Esto plantea cuestiones de independencia de la policía militar a un nivel sistémico», escribió McCormack.
Preguntas planteadas acerca del comandante

Milner es ahora un mayor general y comandante de la primera división canadiense. Actualmente está liderando parte de un gran ejercicio militar de la OTAN en Europa.
En un correo electrónico a CBC News, Milner dijo que responderá a las preguntas sobre el incidente en las próximas semanas después de su regreso a Canadá. Parece haber pocas dudas sobre los grandes hechos de la investigación. La carta de denuncia original nombraba a cinco soldados que se dice que fueron testigos de los hechos en Kandahar en enero de 2011. Cuando los investigadores de la Comisión de quejas contactaron a los testigos, se enteraron que otros dos soldados más decían saber lo que había ocurrido.
«La información recibida de estos individuos confirmó que un incidente se produjo en el Centro de Transferencia de detenidos en Kandahar, en el período de tiempo alegado y que planteó varias preguntas adicionales», escribió McCormack.
«La información obtenida por el MPCC de algunas de las personas contactadas, tiende a indicar que había una percepción por parte de algunos de los miembros desplegados en Kandahar en aquel momento, de que algunas de las decisiones tomadas sobre las investigaciones y su resultado final fueron hechas como resultado de órdenes que venían de «Ottawa» .
Presuntos abusos equivalen a un «crimen de guerra»
El abogado de derechos humanos Paul Champ dice que ese abuso equivale a un crimen de guerra según la Convención de Ginebra, y que el hecho de que no se hayan presentado cargos es aún más preocupante, sobre todo teniendo en cuenta el contexto político en el momento en que ocurrió el primer presunto abuso.
A finales de 2010 y principios de 2011, Champ representó un caso de Amnistía Internacional en la Comisión de Denuncias de la Policía Militar durante el cual argumentó que los canadienses habían cometido crímenes de guerra al transferir detenidos afganos capturados en el campo de batalla a las cárceles afganas, donde había un significativo riesgo de tortura.

La policía militar fue responsable del manejo de los detenidos, y también tendría que haber tenido la responsabilidad de investigar las denuncias de irregularidades, tales como crímenes de guerra.
«Parece que la percepción de muchos soldados en el terreno era de que había interferencia con Ottawa para una investigación adecuada y responsable sobre este incidente, y, francamente, esto tiene ecos del pasado tal como fue en la Encuesta de Somalia en la década de 1990».
De hecho, fue la investigación en Somalia y las acusaciones de encubrimiento lo que llevaron las fuerzas canadienses a crear el Servicio Nacional de Investigación en el primer lugar.
Éste fue diseñado para ser independiente de la cadena de mando, es decir, que sus investigadores podían presentar cargos sin consultar a los comandantes.
El informe de investigación sobre Somalia llevó a la creación de la Comisión de Denuncias de la Policía Militar.
«Las acusaciones en esta queja, si son validadas, plantean cuestiones acerca de la voluntad o capacidad del NIS de investigar la mala conducta de los miembros o de la CAF», escribió la presidente de la comisión.
“Las alegaciones según las cuales la policía militar habría podido estar involucrada en una tentativa de ahogar el tema al disimular las malas conductas cometidas por miembros de la policía militar u otros miembros de las FAC es muy seria”, indica la señora McCormack.
“Señalo la gravedad de esas alegaciones y de los eventos subyacentes. Los hechos concernientes contra detenidos afganos dejan entrever un incidente potencialmente grave que podría tener una incidencia mayor sobre la reputación de las FAC uy sobre las relaciones internacionales de Canadá. Como lo indica la anterior decisión de la CPPM de llevar a cabo una Audiencia de interés público sobre Afganistán luego de una queja por la falta de investigación sobre la transferencia de detenidos a pesar de un riesgo de tortura, el tratamiento de los detenidos en un teatro de operaciones, provoca preguntas de interés público susceptibles de menoscabar la confianza del p´`ublico hacia la Policía Militar” escribió Hilary McCormack.
En un comunicado, el Departamento de Defensa dijo que daba la bienvenida a la investigación.
La decisión de investigar este caso se tomó el mismo día en que prestaba juramento el nuevo gobierno liberal de Justin Trudeau.
CBC, RCI, La Presse.
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