El sonambulismo resulta de una dificultad a pasar del sueño profundo al estado de vigilia
Un nuevo estudio de la Universidad de Montreal refuerza la hipótesis de que los niños de padres sonámbulos son más propensos a serlo también.
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Los investigadores del Centro de Estudios Avanzados en Medicina del Sueño en el Hospital Sagrado Corazón señalan de que los hijos de un padre que ha sido sonámbulo o que sufría de terror nocturno tenían entre tres y siete veces más probabilidades que los demás de tener estos comportamientos en su sueño.
Y esta probabilidad aumenta si ambos padres tienen una historia de estos trastornos del sueño. Más del 60 por ciento de los niños cuyos padres son o fueron sonámbulos han desarrollado sonambulismo, según la encuesta con 1.940 niños nacidos en Quebec entre 1997 y 1998.
Los datos fueron recogidos entre 1999 y 2011.
De todos los sujetos supervisados, alrededor del 47 por ciento de los sonámbulos tenía un padre que ya lo había sido. Los padres de casi el 23 por ciento de los niños sonámbulos los niños nunca habían experimentado esta parasomnia.
«No todos los sonámbulos son problemáticos», dice Dominique Petit, autor del estudio. «Muy a menudo, no necesitamos actuar. Pero en algunos casos raros, hay una posibilidad de daño”.
Los sonámbulos pueden realizar tareas mientras duermen, y no recordar al día siguiente. Petit dice que niños han muerto de hipotermia después de salir de sus casas en invierno. Ella aconseja a los padres de los niños sonámbulos que tienden a salir de la casa de instalar alarmas en las puertas.
Y si bien algunos sonámbulos sienten dolor al lastimarse durante episodios nocturnos, la mayoría de ellos no lo sienten, aunque a veces se trate de lesiones graves, como fracturas.
Los científicos expertos del sueño se refieren a casos bastante dramáticos, como la de una niña de ocho años que sufrió una fractura de sacro al saltar desde una ventana, o la de un hombre que se rompió el fémur al subir una escalera.
Varios de los heridos no sienten dolor durante sus episodios. Incluso sus ritmos cardíacos no cambian. Increíblemente, estos pacientes no sienten dolor una vez despiertos en la noche o la mañana siguiente.
Un fenómeno preocupante, aunque poco frecuente
Investigadores de Montpellier, Francia, han demostrado hace unos años que un sonámbulo de cada cinco (22%) vive estos episodios cada día y 43% una vez por semana. Este mal afecta entre 2% a 4% de la población, que es muy bajo en comparación con el insomnio, el gran mal del sueño, que a su vez puede afectar hasta a un tercio de la población.
Hay que entender que el sonambulismo no sólo se manifiesta en el fenómeno altamente publicitado – especialmente romantizado – de personas que se levantan por la noche y caminan hacia la nevera para comer un bocadillo de jamón. Un sonámbulo también puede ser una persona que «despierta» en la noche, por ejemplo, gritando, sin necesariamente desplazarse.
Un nexo con la migraña
El equipo de investigación de Montpellier acaba de publicar un estudio en la revista científica Sleep, donde se ha demostrado que existe una fuerte relación entre las migrañas – que ocurren de día y que pueden ser muy dolorosas – y al sonambulismo de noche.
Y descubrieron que los pacientes con migraña, tampoco sienten dolor, que puede ser muy intenso.
Esta investigación proporciona información sobre el sueño profundo, que uno empieza a entender, durante el cual ocurren estas crisis de sonambulismo.
El Dr. Regis López, psiquiatra en el Hospital de la Universidad de Montpellier y primer autor del estudio, explica que este estudio proporciona algunas respuestas al fenómeno de sonambulismo:
“No es una novedad que los sonámbulos no sienten dolor durante los episodios pero es el primer estudio que lo describe. Es decir, es la primera vez que se logra cuantificar ese fenómeno. ¿Por qué este estudio fue hecho? Él habla de la experiencia clínica que se puede tener con nuestros pacientes, casi todos los días, que nos pueden contar esos tipos de historias extraordinarias de poder herirse y despertarse por la mañana sin tener ningún recuerdo ni haber sido despertado por el dolor. Es por eso que hicimos este estudio. Y efectivamente, los médicos que se ocupan de pacientes que pueden sufrir ese tipo de sonambulismo ellos saben que es algo que existe pero es la primera vez que pudimos cuantificar la frecuencia de ese fenómeno.”
La investigación continúa y ahora están analizando específicamente los mecanismos del sonambulismo. Según el Dr. López, sobre todo van a tratar de medir el dolor a través de pruebas de sensibilización, tanto en sujetos sonámbulos como entre los que no lo son. Irán hasta activar las crisis para medir el dolor en estos pacientes.
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