La primera ministra de Alberta, Rachel Notley, dio a conocer esta semana la nueva estrategia de su gobierno para combatir los cambios climáticos y sorprendió a más de uno.
El nuevo plan incluirá un impuesto al carbono, un límite a las emisiones producidas por la industria de las arenas bituminosas, una reducción progresiva de la electricidad producida con carbón y un énfasis en la energía eólica.
Cabe recordar que Alberta es la reconocida mundialemente como una región petrolera por excelencia y en los últimos diez años su industria de las arenas de bitumen, de las que se extrae el petróleo, ha tenido un importante desarrollo.
Aún así, los comentarios de la Premier son inequívocos:
«Nuestra meta es llegar a ser uno de los más progresistas y vanguardistas productores de energía del mundo» dijo la primera ministra Rachel Notley. «Estamos cambiando de camino y dándole la espalda a las políticas equivocadas del pasado, las políticas que han fracasado. Estamos dándole a nuestra provincia, el liderazgo que necesitaba.»
Sin embargo, según la CBC, el cambio de estrategia no será barato y será pagado no sólo por la industria, sino por los ciudadanos de Alberta.

Visto bueno de la industria y de organismo de protección ambiental
«En nombre de la Canadian Natural Resources Ltd., CNRL, mis colegas de Suncor, de Cenovus y de Shell, agradezco a la Premier Notley por darnos la posición de liderazgo en la política climática», dijo el presidente de CNRL Murray Edwards en conferencia de prensa.
«Los objetivos presentados dan una señal importante y clara para que los inversores del mundo sepan hacia dónde se dirige Alberta, y para asegurarse que ese camino lleve a las reducciones que la ciencia y los accionistas están pidiendo», dijo el portavoz Mike Hudema.
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