Un temblor de una intensidad de 5.6 en la escala de Richter, cuyo epicentro se localizó a 10 kilómetros de profundidad y a 48 kilómetros al este del municipio de San Marcos, en el sureño estado de Guerrero, sacudió ayer a México.
Y aunque al principio, cuando la tierra dejó de temblar, todos pensaban que el sismo había provocado solo sustos, las autoridades reportaron la muerte de dos personas en el municipio de Cocotittlán. Según la comisión estatal de seguridad ciudadana del Estado de México, los muertos eran obreros que quedaron atrapados en una zanja cuando realizaban trabajos en la red de drenaje.
El sismo sacudió también la Ciudad de México, donde provocó situaciones de crisis nerviosas entre algunas personas, más no obstante, las autoridades no reportaron víctimas ni daños materiales, después de una revisión de las instalaciones públicas y edificios del Distrito Federal.
En diversos puntos de la capital se pudo observar que muchas personas hicieron caso a la alerta sísmica y abandonaron en orden los edificios gubernamentales, oficinas, restaurantes y negocios, y se colocaron en puntos de seguridad.
Uno de los edificios que fueron evacuados fue el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, sede del Gobierno del Distrito Federal. El servicio del Metro estuvo interrumpido algunos minutos y algunos usuarios quedaron atrapados en los túneles entre las estaciones pero no se reportaron ni víctimas ni daños materiales.
La Jornada/BBc Mundo
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