El primer ministro designado Justin Trudeau y su esposa, Sophie Grégoire, durante la ceremonia en el National War Memorial. (22-10-15)
Photo Credit: Reuters / Chris Wattie

Ser la primera dama de Canadá

¿Cuál es el rol de la cónyuge del primer ministro canadiense? La respuesta es sencilla: absolutamente ninguno. En el mismo momento en que sus maridos ascienden a la cima, una ley no escrita condena a sus esposas a convertirse en sus sombras.

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Primer ministro Justin Trudeau y su esposa Sophie Grégoire-Trudeau en la sede del partido liberal en la noche electoral. ©  (CBC)

Esas mujeres, esposas de presidentes, de reyes, de primeros ministros, ya sea en Canadá o en otras partes del mundo, tienen que reinventar su vida sobre una base legal inexistente que les priva de alguna manera de sus vidas anteriores y de cualquier tipo de remuneración.

Michelle Obama por ejemplo, ganaba como vicepresidenta del hospital de la Universidad de Chicago 240.000 euros anuales; el doble que su marido. Y cuando se disponía a mudarse a la Casa Blanca recibió del otro lado del Atlántico un sabio y frustrante consejo. “Que aprenda a tomarle el gusto al asiento de atrás”, le dijo Cherie Blair, la esposa del ex primer ministro de Reino Unido.

Diana de Gales ejerció una irresistible atracción para la opinión pública mundial. Ni antes ni después de su divorcio del príncipe Carlos tuvo ella asignado papel alguno. En el imaginario colectivo quedarán sus problemas sentimentales y sus fascinantes modelos. Pero a ella se le debe también en gran parte el extraordinario éxito del Tratado de Ottawa que en diciembre de 1997 logró acordar la prohibición de las minas antipersonas.

Según Emmanuel Choquette, politólogo y profesor de la Escuela de Política Aplicada de la Universidad de Sherbrooke, la función de «primera dama» no está muy bien definida en Canadá, aunque sigue siendo importante.

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Emmanuel Choquette, politólogo y profesor de la Escuela de Política Aplicada de la Universidad de Sherbrooke © U de S

“El rol político de la esposa del primer ministro no está particularmente definido. En Canadá es un papel no oficial. En un primer momento se trata esencialmente de acompañar a su marido en funciones oficiales. Ella es la mujer del primer ministro que lo acompaña, que lo apoya en algunas circunstancias, funciones, etc. También va a ocupar un lugar importante en lo que concierne a obras caritativas, además que se implican de manera voluntaria con diferentes organismos. Tienen intereses particulares, como en el caso de la señora Gregoire-Trudeau ella se interesa desde hace mucho en temas como la imagen corporal, al igual que la señora Obama”.

A diferencia de Michelle Obama, Gregoire-Trudeau ha sido abierta acerca de su lucha contra la bulimia, que según ella, comenzó cuando tenía aproximadamente 17. La enfermedad continuó hasta los 20 años, cuando ella finalmente buscó ayuda para entrar en tratamiento.

Gregoire-Trudeau, antes de convertirse en la esposa del premier canadiense ha estado dando conferencias sobre trastornos de la alimentación, así como otras cuestiones incluyendo la autoestima y la violencia contra las mujeres.

Emmanuel Choquette cree que la función de primera dama no está arraigada en la mente de los canadienses.  Sin embargo, asegura que la imagen de la esposa de un primer ministro sigue siendo muy importante para los canadienses.

Tiene una importancia capital en muchos aspectos, en términos de imagen, de representación. En el marco de la función oficial pero también al interior de los partidos políticos.

El politólogo menciona un primer punto importante en Canadá, el cual es: ¿Qué papel quiere ella ocupar? Y luego, qué papel puede ocupar? Y en qué medida ese rol va a crear una imagen positiva también del primer ministro. “Esto es extremadamente importante” señala. Evidentemente que si la primera dama le hace sombra o causa problemas, su sol será cuestionado incluso al interior del partido de manera estratégica.

¿Qué pasaría si la mujer de Justin Trudeau no aparecería al lado de su marido? ¿Habría un coste político?

Difícil de medir la ausencia de un factor indica Emmanuel Choquette. Lo que se puede medir es el impacto cuando el factor está presente.

Justin Trudeau tiene mucho que ganar con tener a su lado a Sophie Grégoire-Trudeau señala el politólogo. Juntos transmiten una forma de «tradicionalismo renovado», una imagen fuerte y un modelo de la familia unida. «Esta imagen, le gusta a la gente.  Tiene un eco positivo para muchos ciudadanos canadienses.»

 “Se puede hacer un paralelo con Barack Obama y Michelle Obama. Una pareja que se muestra enamorada, en sus cuarenta, cincuenta, con hijas jóvenes, que se muestran en familia, que integran la vida de familia, de pareja, en lo público sin timidez.

Seguramente que Sophie Grégoire-Trudeau, madre de tres hijos y esposa del primer ministro de Canadá encontrará, como otras antes de ella, su propia vía sin dejar de lado esos roles importantes en su vida.

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Justin Trudeau en Montreal con su esposa Sophie y sus tres hijos ©  (Reuters)

Gregoire-Trudeau estudió comercio en la Universidad de McGill, y Comunicaciones en la Universidad de Montreal. Es una reconocida periodista.

Entrevista de Annie Desrochers, Radio Canada

Categorías: Política, Sociedad
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