En Norteamérica y más particularmente en Canadá, se habla mucho de los Bancos de Alimentos, de la inseguridad alimentaria y de otros males relacionados a la alimentación, que afligen al segmento de la sociedad más desfavorecido. El tema cobra mucho más importancia sobre todo en este período del año, cuando el período de fiestas navideñas se acerca.
Pero de algo que se habla poco y que también está cobrando importancia es el desperdicio de alimentos en nuestra sociedad de consumo y del cual somos todos un poco responsables. Y a partir del momento que nos sensibilizamos sal tema, nos damos cuenta hasta qué punto nosotros mismo desperdiciamos muchos alimentos.
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Quiero dejar claro, que quizá este problema sea más agudo por estos lados que en otros lugares de los países en vías de desarrollo. Pero, hablando de nosotros y de mí mismo en particular, veo que cuando abrimos el refrigerador nos vamos dando cuenta de todos los alimentos que hay que desechar, porque ya pasó su fecha de expiración.
Un estudio titulado Desperdicio anual de alimentos en Canadá (Canada’s Annual Food Waste) afirma que desde las fincas, donde se producen los alimentos, pasando por la transformación, la distribución y hasta el consumidor, solo en 2014 hubo un desperdicio equivalente a 31.000 millones de dólares. Según el mismo estudio en 2010, el desperdició era de 27.000 millones. Y contrariamente a lo que puede creer el hombre y la mujer de a pie, el mayor desperdicio no proviene de la industria.
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