La energía de fusión es la energía liberada al realizarse una reacción de fusión nuclear. En este tipo de reacción, dos núcleos atómicos ligeros se fusionan para formar un núcleo más pesado, liberándose gran cantidad de energía en el proceso, que puede ser empleada en la bomba de hidrógeno y en un futuro en la producción de energía eléctrica en un hipotético reactor.
La mayoría de estudios existentes para el diseño de una central nuclear de fusión usan las reacciones de fusión para generar calor, que hará funcionar una turbina de vapor que a su vez activarán los generadores para producir electricidad, de forma similar a como ocurre actualmente en la centrales térmicas que usan combustibles fósiles o en las centrales nucleares de fisión, pero con la gran ventaja de que el impacto ambiental será considerablemente menor ya que por ejemplo, medio kilo de hidrógeno (muy abundante en la naturaleza, ya que forma parte del agua) produciría unos 35 millones de kilovatios hora.
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Este es el sueño loco de los científicos que quieren luchar contra el calentamiento global con esta tecnología revolucionaria: la fusión nuclear. En el corazón de esta aventura, un quebequense que no quiere nada menos que salvar el planeta.
Después de 10 años de fabricar impresoras para una empresa de Vancouver, Michel Laberge dice que se aburrió. Este físico especializado en rayos láser tiene mayores ambiciones. «Yo sabía que la fusión era una buena solución a nuestros problemas energéticos. Así que decidí hacerlo yo mismo!” explica el quebequense instalado en Columbia Británica desde muchos años.
«Fue un poco loco, porque la fusión es un problema difícil. »
– Michel Laberge, fundador de General Fusion
Laberge decidió entonces renunciar a ese trabajo para dedicar su tiempo a la producción de un reactor de fusión … en un antiguo garaje que alquiló cerca de su casa.
Después de unos años, los esfuerzos del científico están produciendo resultados, pequeños resultados. Los suficientes como para convencer a un ex colega a unirse a él, voluntariamente. Los dos hombres logran entonces una hazaña: convencer a los inversores de financiar su aventura. Este es el nacimiento de General Fusion, una empresa dedicada a la investigación de la fusión nuclear.
Hoy la empresa emplea a 65 personas.
150 millones de grados Celsius
Michel Laberge logró atraer a los inversores, pero aún está lejos de haber fusionado con eficacia los núcleos atómicos. «Tenemos muchos problemas,» dice él.
Para fusionar dos núcleos atómicos se debe acelerar las partículas en forma gaseosa aumentando su temperatura. El investigador formado en la Universidad de British Columbia y en la Universidad Laval, de Quebec explica: «Necesitamos que el gas se caliente a 150 millones de grados centígrados. Es muy caliente! »
A esta temperatura, las partículas se aceleran y se convierten en plasma. Es allí cuando pueden chocar. Pero hay que forzar la fusión porque los núcleos atómicos se niegan a acercarse, como los polos idénticos de dos imanes.
Otro problema: calentar el gas requiere energía, mucha energía. Y para que la fusión sea efectiva debe ser capaz de generar más energía que lo que se necesita para producirla.
Nadie ha logrado esta hazaña por el momento.
Combustible ilimitado
A pesar de los obstáculos, el físico cree que dentro de 100 años, la energía de fusión será una energía absolutamente necesaria. «Estamos muy cerca de la fusión. Ya casi hemos llegado.» Él mismo espera ser capaz de generar electricidad en 10 años.
Michel Laberge imagina que algún día navíos y aeronaves funcionarán a través de la fusión nuclear. Los beneficios serían numerosos. El combustible requerido para la fusión – deuterio y litio – es casi infinito: se encuentra en los océanos.
«Si el planeta entero funcionara con la fusión, tendríamos un par de millones de años de combustible en el océano. »
– Michel Laberge, fundador de General de Fusión
En resumen, marcaría el final de los combustibles fósiles. El antídoto perfecto para el cambio climático.
El proceso que lleva a la fusión produce además muy poco residuos radiactivos, a diferencia de la fisión nuclear, la tecnología actual. El principal residuo de la fusión es helio. «El helio es lo que se pone en los globos de fiesta, se ríe el señor Laberge. Es seguro, no es radioactivo. »
Por otra parte, los accidentes nucleares como el de Chernóbil y Fukushima son físicamente imposibles con la fusión.
David contre Goliath
Michel Laberge y su equipo no son los únicos que tratan de generar energía a través de la fusión. La pequeña empresa de Burnaby en Columbia Británica se enfrenta a la Goliat ITER: el reactor de fusión más grande en el mundo, actualmente en construcción en el sur de Francia.
Este reactor experimental deberá ser completado en el año 2020, después de varios años de retrasos y una explosión de costes que se han elevado a 20 mil millones de dólares. Un grupo de 35 países financia este proyecto.
ITER utiliza una tecnología llamada tokamak, un enorme anillo en el que está confinado el plasma con un campo magnético.
Pero esta tecnología no impresiona a Michel Laberge. «Se trata de una máquina infernal, muy complicada, muy cara. Hay mucha gente, incluido yo mismo, que piensan que va a costar demasiado «, dice el investigador, que cree de todas maneras que el proyecto será un éxito y un paso adelante para la ciencia.
El objetivo de General Fusion es más bien producir electricidad a un costo menor. Porque al final, la idea es vender la energía producida por la fusión.
«Yo soy barato, me gusta hacer máquinas baratas. »
– Michel Laberge, fundador de General Fusion
«La máquina que queremos construir es mucho más simple. La tecnología es menos complicada, las piezas son más baratas. Así que pensamos que podemos hacer energía a un precio aceptable «, dice el investigador, que utiliza el láser para forzar la fusión.
Otras pequeñas empresas también están en la carrera para desarrollar la energía del futuro. Pero los resultados no llegan.
RCI con información del periodista Gaétan Pouliot de Radio Canadá.
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