*La muerte proyecta una sombra sobre las escuelas residenciales de Canadá*, dice la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Canadá en su informe final.
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Efectos de traumas pasan de generación en generación a través del ADN

El caso de las escuelas residenciales de las Primeras naciones canadienses

Un trauma puede alterar los genes y los niños pueden heredar las mutaciones, esto debido a que la gente no es sólo un producto del ambiente. Los humanos podrían biológicamente ser producto del ambiente de sus padres también.

Un equipo de investigadores en el hospital Mount Sinai en Nueva York, estudiaron sobrevivientes del holocausto judío y sus hijos quienes nacieron luego de la Segunda guerra mundial. El estudio publicado en agosto, encontró que los sobrevivientes y sus hijos tenían un nivel de cortisol más bajo que quienes habían vivido fuera de Europa durante la guerra.

El cortisol es una hormona que ayuda a los humanos a soportar el estrés. Niveles bajos de cortisol pueden causar depresión, hipersensibilidad y ansiedad social.

El trauma intergeneracional no solo se pasa por medio de ambientes socioculturales, sino también a través del ADN.

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Los sobrevivientes Joe George (derecha) y Mary George (izquierda) se abrazan durante una audiencia de la Comisión de la Verdad y Reconciliación en Vancouver, en septiembre 2014 © Crédito de la foto: PC / DARRYL DYCK

Los ancianos indígenas a menudo dicen que la memoria se encuentra en la sangre y los huesos, que nuestras historias se transmiten no sólo verbalmente sino a través de una especie de memoria genética.

Diversos estudios parecen indicar que no están muy lejos de la verdad. Amy Bombay es una Anishinaabe de la Primera Nación Rainy River en Ontario.

Ella es profesora asistente de psiquiatría en la Universidad de Dalhousie en Halifax, y ha estado estudiando el impacto del trauma y cómo repercute a través de las generaciones. Ella se dedicó a este campo de estudio, específicamente relacionado con las escuelas residenciales, debido al efecto en su propia familia.

«Tanto mis abuelos, como tíos y tías por parte de mi padre asistieron a esas escuelas también», explicó.

Cuando ella comenzó su investigación hace 10 años, Bombay dice que comenzó centrándose en los resultados sobre la salud mental, analizando por qué los pueblos indígenas en Canadá y en otros lugares sufren mayores niveles de angustia psicológica.

Amy Bombay es una Anishinaabe de la Primera Nación Rainy River en Ontario. Ella es profesora asistente de psiquiatría en la Universidad de Dalhousie en Halifax © Amy Bombay

«Encontramos que los que tenían un padre o abuelo que fue a la escuela residencial parecían estar en mayor riesgo de trastornos psicológicos, ideación suicida, intentos de suicidio y esto tanto en los adultos como en los jóvenes.”

Aunque nuestros cuerpos están diseñados para lidiar con el estrés, Bombay dice que  cuando el estrés se vuelve crónico, nuestros cuerpos ya no son capaces de mantener el ritmo. Es entonces cuando los problemas ocurren.

Bombay dijo que además de las vías psicológicas y sociales, hay evidencia de vías epigenéticas que están implicadas en la transmisión de trauma. Esa evidencia se ha estudiado en los hijos de sobrevivientes del Holocausto, en lo que se refiere a los cambios en la expresión de ADN, no a cambios subyacentes en el ADN, porque no pueden hacerlo.

Ahora sabemos que las experiencias y el medio ambiente pueden activar o desactivar genes, por lo que la función de estos genes cambia», explicó Bombay. «En términos de cómo se transmite generacionalmente, sabemos que si esos cambios ocurren en la línea germinal, es decir en el óvulo o el esperma, ellos tienen el potencial de ser transmitidos a través de generaciones.

Aunque Bombay, dijo que no se puede establecer una correlación exacta entre los hijos de sobrevivientes del Holocausto y las escuelas residenciales, hay similitudes claras entre los dos grupos.

«Hemos llevado a cabo nuestra propia investigación en relación con el sistema escolar residencial y encontramos una gran cantidad de las mismas cuestiones como la conspiración de silencio en torno a hablar de este tema. Y esta investigación es coherente con las poblaciones que han sufrido trauma colectivo e histórico en todo el mundo, » dice ella.

«Así que no sólo en relación con el Holocausto, pero sabemos que estos grandes traumas históricos y colectivos están asociados con una serie de resultados negativos. Los cuales son esperados».

Bombay ha visto esta investigación jugar un papel en el proceso de reconciliación. Y dijo que tomar los datos, llevarlos a las comunidades y explicarlos, ha roto el silencio.

«Mucha gente no sabía por qué sus padres tenían tantos problemas, o no sabían por qué sus padres actuaron como lo hicieron», dijo. «Aprender acerca de estos efectos intergeneracionales realmente ayudó a mucha gente a curar y suscitó el perdón dentro de las familias y las comunidades.»

Lo importante de esta y otras investigaciones es que la evidencia científica de que el trauma intergeneracional puede ser transmitido biológicamente conlleve a mayor acceso al tratamiento de miles de personas en el mundo. Nos referimos a los camboyanos, los vietnamitas, los armenios, los argentinos, y tantos otros pueblos que sufrieron persecuciones y genocidios.

RCI con información de la periodista Rosanna Deerchild de CBC.

Categorías: Indígenas, Salud, Sociedad
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