En el caso del Lago Poopó en Bolivia, convertido en desierto, el segundo más grande después del famoso Titicaca de la nación andina, la respuesta es nada menos que la devastación.
El lago Poopó, históricamente, ha sido el recurso pesquero más importante de Bolivia pues en la década de los 80 y 90 del siglo pasado se estimaba que su producción pesquera llegaba a 2.500 a 3.600 toneladas métricas de pescado por año.
Ahora este patrimonio orureño, está convertido prácticamente en un desierto, pues sus aguas desaparecieron, por causas todavía no determinadas, aunque surgen especulaciones respecto a que sería consecuencia de la actividad minera, el cambio climático, o el desvío del río Desaguadero.
«No tenemos ninguna lago. Había flamencos. Pero después de los primeros días de diciembre, no nos sorprende que el lago se haya secado», Valerio Calle Rojas, uno de los 150 pescadores de la comunidad Untavi, le dijo a Reuters.

Hace “40 días había agua”
Rojas explicó la pérdida de agua gradual del lago Poopó.
«De esquina a esquina, está seco. En los años 90 había al menos 2.000 kilómetros cuadrados de agua en el lago. Después de eso, el nivel del agua comenzó a bajar, en 1995, 1996, hubo una sequía y el agua se secó, pero volvió rápidamente «, dijo. «En este momento el agua debería regresar al menos un poco. Tendría que llover un poco. Pero eso no está sucediendo y entonces no hay nada»
La minería dependía del lago
La situación se ha hecho aún más aguda por la construcción de altos sedimentos por la minería local que no tiene agua para mezclarlos, dejando gran parte de la tierra local, llena de una arena rojiza.
El cambio climático en el banquillo de los acusados
Especialistas locales no tienen problemas en identificar el papel del cambio climático.
«El lago Poopó ha sido monitoreado durante 60 años y ha habido evidencia de que el cambio climático ha tenido un efecto en la última década, desde la década de los 90, en el siglo 20. La temperatura ha subido 0,9 grados centígrados», dijo Milton Pérez, profesor de la Universidad Técnica de Oruro.
Eso ha hecho que el agua se evapore tres veces más rápido entre las lluvias.
La muerte de los animales
La crisis llegó a su punto culminante a finales de 2014, con la muerte masiva de la vida animal local. El número de muertos entre los peces se ha estimado en millones. A eso se le agregan unas 500 aves, incluyendo flamencos y patos, que murieron también.
Los lugareños obligados a desplazarse

Norma Mollo del Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA), dijo que la falta de agua y de peces está afectando definitivamente a las comunidades locales.
Añadió que su institución está tratando de proporcionar apoyo a las comunidades que pueden organizar proyectos que para darles una mejor calidad de vida.
Para el pescador local Valerio Calle Rojas y sus cinco hijos, no ha sido suficiente. Él está pensando en tomar la misma decisión llevada a cabo por aproximadamente dos tercios de unas 500 familias de su comunidad – mudarse a una nueva ciudad en Bolivia, Argentina o Chile.
RCI con informaciones de Reuter/CBC
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