Trabajadores humanitarios que llegaron hasta una localidad siria sitiada dieron cuenta de las desgarradoras condiciones en las que se encuentran los esqueléticos y hambrientos residentes, cientos de los cuales necesitan atención médica especial.
Una caravana de ayuda humanitaria entregó este lunes un primer cargamento de alimentos y productos médicos, el primero tras meses de penuria en la localidad occidental de Madaya, donde se encuentran unas 40.000 personas sitiadas por fuerzas gubernamentales y donde los médicos locales dicen que algunos residentes han muerto de hambre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que pidió al Gobierno sirio que se le permita enviar clínicas móviles y equipos médicos a Madaya para evaluar el alcance de la hambruna y evacuar los casos más graves.
Diplomáticos occidentales condenaron la privación de alimentos como un arma de guerra. Una comisión independiente de la ONU que investiga el conflicto en Siria ha estado denunciando desde hace tiempo el uso del hambre como arma de guerra por las partes beligerantes y ya tiene una lista consolidada de presuntos criminales de guerra, documento que se encuentra en una caja fuerte de la ONU en Ginebra.
Elizabeth Hoff, representante de la Organización Mundial de la Salud que viajó a Madaya con la caravana de socorro a los sitiados explicó que entre 300 y 400 personas necesitan atención médica especial.
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