Después de un inicio suave del invierno, una ráfaga de aire ártico dejó temblando a los canadienses en la primera semana de enero.
Photo Credit: (Timothy A. Clary / AFP / Getty)

El frío ¿es bueno para su salud?

Son incontables las veces que maldecimos el frío del invierno, pero ese frío puede ser bueno para usted en realidad, según investigadores de la Universidad de Ottawa y de la Universidad de Sherbrooke que están estudiando los efectos de las bajas temperaturas en el cuerpo. Tendría beneficios terapéuticos.

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Gente limpia la nieve alrededor de sus coches en Montreal, el 30 de diciembre 2015 después de la primera gran tormenta de invierno en la región ©  The Canadian Press / Graham Hughes

El médico alemán Sebastian Kneipp, en el siglo XIX ya había descubierto que el cuerpo humano era capaz de resistir temperaturas de entre 115 y 165 grados bajo cero, el mecanismo por el que tenían efectos terapéuticos. El frío produce vasoconstricción, lo que disminuye el flujo sanguíneo, y con ello puede reducirse la inflamación y la hemorragia. Con el tiempo, también se descubrió que tiene efectos anestésicos, y que puede reducir, o incluso eliminar el dolor durante varias horas.

No extraña entonces que en países nórdicos como Canadá, la gente aproveche del clima helado no solo para mejorar su salud sino para divertirse también.

Denis Blondin, un becario postdoctoral en el área de fisiología térmica en la Universidad de Ottawa, señala que en su investigación utiliza un traje de enfriamiento para poner a prueba esta hipótesis.

El traje de enfriamiento es mantenido a temperaaturas frìas para realizar la investigaciòn © CBC

El traje en cuestión, es mantenido a 18 C gracias a la circulación de agua fría, que hace sentir a la persona como si estuviera vestida de pantalones cortos y una camiseta típica del otoño. Este traje permite a los investigadores examinar los efectos del frío en el cuerpo, dice Blondin.

Los investigadores encontraron dos beneficios terapéuticos importantes al estar  expuestos a bajas temperaturas.

  1. Gastamos más energía

La persona promedio gasta alrededor de 100 calorías por hora, pero el frío nos fuerza a gastar hasta 500 calorías por hora, incluso cuando se está sentado.

Los movimientos son también más dificultosos durante el invierno, lo que lleva a quemar más calorías.

  1. Utilizamos la «grasa marrón»

La gente generalmente piensa que la grasa reserva energía para mantener el calor. Pero Blondin dice que los adultos también pueden producir «grasa parda»,  una grasa que realmente quema energía como un horno.

Denis Blondin, doctorando en el área de fisiología térmica en la Universidad de Ottawa. © CBC

La parda es un tipo especial de grasa que tiene una gran concentración de mitocondrias (son oscuras, y de ahí el color pardo o marrón de este tejido) cuya función es quemar energía para proporcionársela al organismo y elevar su temperatura cuando hace frío. Hasta ahora, se sabía de su existencia en ratones y en niños, pero se pensaba que en las personas adultas no está presente o está inactiva.

Todos los mamíferos la tienen, aclara el investigador, pero los que están en climas fríos la queman más.

La grasa parda produce calor, por lo que es más eficaz. También ayuda a combatir las enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2, donde existe un exceso de oferta de grasa y glucosa.

Si alguien está expuesto al frío, aumenta la demanda de esos combustibles y los lleva fuera de circulación, dijo Blondin.

Y no duda en compartir un consejo con aquellos que maldicen el frío: «Acéptalo”.

«Sabemos que a finales del invierno nos sentimos a gusto con él, estamos bien con el frío y lo toleramos mucho mejor. Creo que sólo tendríamos que entrar en ese estado de ánimo antes «, dijo Blondin.

La zambullida del oso polar

En la provincia de Nueva Escocia la gente con trajes coloridos desafìan temperaturas bajo cero festejando la entrada al nuevo año. © CBC

Ese estado de ánimo lo han aceptado plenamente los canadienses en todo el país que participan desde hace años en una tradición helada el día de Año Nuevo – la zambullida del oso polar.

En Halifax, provincia de Nueva Escocia, más de 130 personas – algunas con trajes coloridos – se reunieron para saltar de un muelle bajo la atenta mirada de los miembros del departamento local de bomberos para el chapuzón anual número 22 del oso polar en Herring Cove.

Si una imagen vale más que mil palabras, ésta – de una mujer joven que se lanza en las gélidas aguas en Herring Cove, Nova Scotia – dice mucho de un arrepentimiento instantáneo. A ambos lados del lugar, la gente dio la bienvenida al 2016 con inmersiones en agua helada. © (Andrew Vaughan / Canadian Press)

El más antiguo Polar Bear Club en el país fue fundado en 1920 en Vancouver, y desde entonces la tradición se ha extendido. El club de Vancouver sigue siendo el más grande, con más de 2.500 entradas en 2014.

RCI con información de Robyn Bresnahan, periodista de CBC

Categorías: Salud
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