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Investigación descubre que el homo sapiens llegó al Ártico hace 45 000 años

Los seres humanos se han aventurado a los confines del Ártico unos 10.000 años antes de lo que se pensaba hasta ahora.

Una nueva investigación publicada en la revista Science sugiere que el Homo sapiens, la especie a la que pertenecemos todos, fue capaz de adaptarse a las regiones más inhóspitas antes de lo que se creía. La prueba es el cuerpo de un mamut congelado con claras señales de lesiones hechas por un arma. Alguien le dio caza con una lanza. Ese animal resultaba una fuente de alimento fundamental.

Sergey Gorbunov, un miembro del equipo de investigación, durante las excavaciones en 2012, en la Bahía de Yeniséi, Rusia. La bestia tenía unos 15 años cuando la mataron, hace 45 000 años. © Pitulko

Los registros de seres humanos en el Ártico de Eurasia durante el Paleolítico son escasos y solo han aparecido durante los últimos veinte años. Antes, se consideraba que en esa época el hombre ni siquiera había llegado hasta allí.

En 2012, un equipo dirigido por Alexei Tikhonov, de la Academia de Ciencias de Rusia, descubrió el esqueleto bastante completo de un mamut lanudo macho congelado en los sedimentos de un acantilado costero del litoral oriental de la bahía de Yeniséi, en la Siberia central, en una latitud que es el extremo norte de la isla de Baffin, en Canadá.

El animal conservaba una pequeña cantidad de tejido blando, incluidos restos de grasa de la joroba y el pene. La gran cantidad de grasa indica que el ejemplar, de unos 15 años de edad, se encontraba en buenas condiciones físicas.

Mediante el análisis de radiocarbono de la tibia y los materiales adyacentes, los investigadores determinaron que vivió hace unos 45.000 años.

Los huesos de las costillas y de las mandíbulas del mamut lanudo macho tenían lesiones inusuales, probablemente causadas por una lanza muy aguda.

Una de ellas, muy fuerte, penetró en el animal de arriba hacia abajo, lo que solo es posible si se encuentra tumbado en el suelo. Las heridas parecen haber sido hechas por un método de caza específico que todavía se practica en África por los cazadores de elefantes, que se dirigen a la base del tronco para cortar las principales arterias y causar un sangrado mortal.

Según los investigadores, las marcas son similares a las dejadas en otros cadáveres de mamut, de períodos posteriores, que incluyen además fragmentos de herramientas de piedra todavía alojados en el hueso.

Según Vladimir Pitulko, arqueólogo del Instituto de Historia de la Cultura Material, San Petersburgo, quien dirigió el trabajo del equipo, la forma en que estos cazadores se desenvolvieron para matar a este gigantesco animal denota experiencia y un alto nivel de organización.

Para los autores del estudio, estos hallazgos no dejan lugar a dudas de que los humanos estaban presentes en el Ártico de la Siberia central hace 45.000 años, aunque no se hayan encontrado artefactos asociados en el yacimiento.

Probablemente, los progresos en la caza del mamut, que aseguraban una abundante fuente de comida, permitieron a nuestros antepasados sobrevivir y expandirse ampliamente a lo largo de la parte más septentrional del Ártico siberiano.

Los científicos creen que este importante cambio cultural pudo facilitar la llegada de los humanos al área cercana al puente de tierra de Beringia, lo que les brindó la oportunidad de acceder al Nuevo Mundo antes del Último Máximo Glacial, hace unos 26.500 años.

Sin embargo, no hay evidencia de la presencia humana en el continente de América del Norte para ese período. La más antigua se remonta  a 11.500 años, en  Alaska.

RCI con informaciones de Radio Canadá, BBC, Sciences et avenir

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