Haití parece encaminarse al establecimiento de un gobierno interino cuando quedan unas dos semanas para que el actual presidente, Michel Martelly, deje el poder. Esto debido a que el país no tendrá un nuevo mandatario electo tras la suspensión de la segunda ronda de los comicios que debían llevarse a cabo el pasado domingo.
Las autoridades haitianas aplazaron indefinidamente el balotaje después de que el candidato de la oposición, Jude Celestin, se negó a participar en las elecciones alegando un supuesto fraude, una acusación que generó protestas y brotes de violencia.
«Está claro que no tendremos elecciones antes de la partida del presidente Michel Martelly, prevista para el 7 de febrero», informó este lunes el primer ministro Evans Paul.
Un enviado especial de Estados Unidos a Haití, Kenneth Merten, dijo que Washington desea nuevas elecciones lo más rápidamente posible y su oposición a un período de transición largo, admitiendo que era improbable que Martelly pueda colocara la banda presidencial a su sucesor.
Los partidos de la oposición quieren que Martelly deje el cargo el 7 de febrero, tal como indica la Constitución de Haití, aunque algunos de los aliados políticos del presidente verían favorablemente su permanencia en el cargo a fin de que pueda supervisar unas nuevas elecciones hasta que su período de cinco años culmine en mayo.
Las insuficientes condiciones económicas de Haití le han impedido al país establecer una democracia estable desde el derrocamiento de la dictadura de la familia Duvalier (1957-1986) y la serie de golpes de estado y episodios de fraude electoral que se produjeron después.
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