Cuba estudia desde hace varios años, las medidas a tomar para aumentar los salarios y el poder adquisitivo de los cubanos. La historia de Aleida, una maestra, ilustra bien la vida cotidiana de las personas que tienen que vivir con un salario medio en Cuba. Aleida tiene 50 años y la razón de su existencia son sus alumnos. Ella es maestra de uno de las escuelas primarias de la capital cubana. Su salario mensual es de cerca de 25$ USD.
Aleida vive en una casa vieja que pertenecía a su madre. A través de la ventana, ella vende café a los transeúntes, después de clases, a 30 centavos la taza.
Por otro lado, el comedor de su casa se convierte en salón de manicure los fines de semana. Sus clientes pagan 1$ USD por estos servicios.
La maestra está convencida de la necesidad de aumentar los salarios de los trabajadores en su país y en particular de los maestros que son la base de una de las grandes conquistas de los cubanos: el sistema educativo. Aleida, como la gran mayoría de los trabajadores cubanos, debe sobrevivir con un salario medio de 300$ USD al año.
Ella, como los demás, recibe ayuda del Estado en materia de salud, educación, medicamentos y productos alimenticios, a pesar de la escasez de alimentos que existe en el país.
Los cubanos, en general, se benefician de un acceso amplio a la cultura. Ellos no pagan o pagan muy poco por ir al teatro, al cine, a los conciertos, espectáculos de danza y exposiciones.
Según datos de economistas cubanos reconocidos por instituciones internacionales como el Banco Mundial y Naciones Unidas, el ingreso por habitante en Cuba es de 5500$ USD al año. Es una cifra baja si se le compara con los países del G8 o los países latinoamericanos.
En 2016, el salario medio de los cubanos aumentó 13 pesos, 50 centavos USD, en espera de una alza más sustancial de los salarios del Estado.
Los bajos ingresos en Cuba son, hoy día, una de las razones más importantes de la emigración, más que por razones políticas como lo fue en algún momento de la historia del país.
Aleida cree que un aumento de los salarios podría cambiar las cosas. Ella sabe que hay gente que está haciendo mucho dinero en Cuba actualmente, pero no los envidia. Ella ama a su país y decidió quedarse allí, esperando un futuro más próspero.
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