El Papa Francisco llevará este martes un mensaje de esperanza a uno de los Estados más convulsionados de México, donde grupos criminales y autodefensas civiles estuvieron al borde de una guerra civil hace tres años debido a la sanguinaria violencia de los carteles de la droga.
En Michoacán, el sumo pontífice argentino oficiará una misa con sacerdotes, religiosos y seminaristas que se congregarán en un estadio de la capital, Morelia. También visitará la catedral colonial y sostendrá un encuentro con jóvenes.
Varios sacerdotes fueron amenazados y otros asesinados por el crimen organizado en este Estado.
En su viaje de cinco días a uno de los países con más católicos en el mundo, Francisco llamó a los mexicanos a luchar contra la desigualdad que lleva a la corrupción, la violencia, el narcotráfico y la exclusión y a buscar un país de oportunidades, que evite la migración y que el Estado caiga en manos de criminales.
Cansados de las extorsiones, el saqueo de tierras, los asesinatos, las violaciones de mujeres y otros delitos, grupos de civiles en Michoacán se armaron en el 2013 para combatir al cártel narco llamado Los Caballeros Templarios, cuyo cabecilla fue detenido el año pasado.
Además de controlar los tradicionales cultivos de marihuana y amapola, precursor de la heroína, e instalar laboratorios de metanfetaminas, este cartel con tintes de secta religiosa también afectó la actividad minera en el Estado, conocido por sus cultivos de aguacate y limón.
En un intento por poner orden, el presidente Enrique Peña Nieto envió miles de efectivos federales y nombró en el 2014 un Comisionado para la seguridad del Estado. Sin embargo, el nombrado sólo duró un año en el cargo debido a que no logró reducir los homicidios, pese a haber detenido a miembros de las autodefensas,
Más grave aún, el entonces gobernador del Estado renunció en 2014 en medio de acusaciones de haber protegido al cartel de los Caballeros Templarios, luego de que su mano derecha en el Gobierno y su hijo fueron detenidos tras investigaciones.
Michoacán ha reportado en la última década 7,250 homicidios que forman parte de los más de 120,000 muertos y más de 26,000 desaparecidos desde que empezó el combate abierto al crimen organizado, que trafica con drogas, personas, extorsiona, secuestra y roba recursos energéticos y minerales.
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