El aspirante a la nominación republicana Donald Trump y la candidata demócrata Hillary Clinton avanzaron este martes rumbo a la nominación de sus partidos para las elecciones presidenciales de este año en Estados Unidos, con una serie de victorias en las primarias de varios Estados, aunque sus rivales aseguraron que seguirán luchando.
En el «Supermartes», el día más importante de las primarias para elegir a los candidatos que se enfrentarán en las urnas el 8 de noviembre para suceder al presidente Barack Obama, Trump, de 69 años, y Clinton, de 68, demostraron ser los favoritos.
Ambos se encuentran bajo presión para demostrar que pueden unificar al electorado en sus respectivos partidos antes de la elección y, en el caso de Trump, evitar una división potencialmente desastrosa en las filas republicanas.
Las cadenas de televisión estadounidenses pronosticaron la victoria de Trump en siete de los 12 Estados que votaron este martes, con triunfos desde el sur profundo hasta regiones del norte como Massachusetts, acelerando el ímpetu iniciado el mes pasado tras ganar tres de las cuatro primeras consultas electorales en las filas republicanas.
Las victorias de Hillary Clinton en siete Estados fueron igualmente impresionantes, impulsadas por los votantes afroamericanos en Estados sureños como Arkansas, donde ella y su marido, el ex presidente Bill Clinton, comenzaron sus carreras políticas.
Los principales rivales de Trump, los senadores por Texas Ted Cruz y por Florida Marco Rubio, aseguraron que se mantendrán en la carrera.
Cruz, de 45 años, ganó en Texas y la vecina Oklahoma, al igual que los caucus de Alaska, reforzando su argumento de que él es la mejor opción para contener al estrambótico multimillonario neoyorquino Donald Trump.
El rival de Clinton, el socialista demócrata Bernie Sanders, ganó en su Estado natal, Vermont, y también se llevó la victoria en los Estados de Colorado, Minnesota y Oklahoma, pero perdió en Massachusetts, donde esperaba triunfar. Sanders prometió continuar la batalla por la nominación en los 35 Estados que todavía no han votado.
Enfrentado a una rebelión en el seno de los partidarios republicanos por sus exabruptos como construir un muro entre Estados Unidos y México, deportar a 11 millones de inmigrantes ilegales y prohibir que los musulmanes entren al país, Trump aseguró que logró ampliar la base del partido al atraer a obreros decepcionados a quienes les gusta su retórica dura.
Clinton, que continúa en una intensa lucha con el progresista Sanders, pese a haber tomado el control de la carrera demócrata, se mostró ansiosa por atacar a Trump a fin de lograr que los votantes demócratas se acostumbren a la idea de verla como la candidata del partido.
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