Uno de los temas de mayor divergencia en las pasadas elecciones federales de octubre de 2015 en Canadá, en las que ganaron los Liberales de Justin Trudeau, fue el tema de la extracción de materas primas, entre ellas el petróleo y los minerales.
Para saber más sobre los cambios, o la falta de ellos tras los cien primeros días del nuevo gobierno liberal en Canadá, conversamos ahora con Jennifer Moore, quien es la coordinadora de programas para América latina en el organismo MiningWatch Canada, Alerta Minera Canadá.
En un informe publicado a finales de septiembre por Alerta Minera Canadá y el International Civil Liberties Monitoring Group (Observatorio Internacional de los Derechos Civiles – ICLMG por sus siglas en inglés) se vinculan de forma directa los intereses de la minería canadiense en el continente americano a la intensificación de la represión y violencia hacia comunidades afectadas por la minería.
El informe demuestra, mostrando evidencias en cinco países, el apoyo del gobierno canadiense y de las empresas mineras canadienses para utilizar las leyes locales contra personas y grupos que luchan por el agua, las tierras, sus medios de subsistencia y sus formas de vida.
“Lejos de garantizar el acceso completo de las comunidades afectadas por la minería a la protección bajo la ley, los gobiernos – incluyendo el canadiense – han tergiversado la ley con el fin de proteger y promover los intereses mineros, orientándose en contra de las defensoras y los defensores del medioambiente”, resalta Jen Moore, coordinadora del Programa de América Latina, Alerta Minera Canadá.
Según el organismo canadiense Alerta Minera “el modelo de extracción industrial de minerales que promueve Canadá en el extranjero se ve influido por la desregularización del sector extractivo en el país, y por el carácter colonialista del pasado y presente. Desde esta perspectiva, la cual ha cobrado un mayor impulso en los últimos años, quienes se oponen se convierten en una amenaza al interés nacional y por ende en destinatarios/as de investigaciones, auditorías fiscales, recortes de financiamiento, y vigilancia policíaca.”
Según Moore, el nuevo gobierno liberal de Justin Trudeau está dando muestras de un continuismo de las políticas implantadas por el previo gobierno conservador, y que la llamada “diplomacia económica”, que es el uso del aparataje diplomático canadiense para apoyar a las empresas canadienses en el extranjero, continuará, pese a sus consecuencias negativas en las comunidades afectadas y el medioambiente en otras regiones del mundo.
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