Donald Trump, candidato a la nominación republicana.

Donald Trump, candidato a la nominación republicana.
Photo Credit: CP

Donald Trump le prende fuego al Partido Republicano

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La victoria de Donald Trump en las elecciones internas llevadas a cabo el pasado Supermartes atrajo la atención del periódico canadiense The Toronto Star, que le dedicó un editorial.

El periódico de mayor tiraje en Canadá señala que la increíble campaña de Donald Trump para lograr la nominación presidencial republicana en Estados Unidos ha sido comparada con una compra hostil del Grand Old Party, el Viejo gran partido, como se le llama al Partido Republicano.

Según el Toronto Star, Donald Trump es incompetente como para ocupar ese alto cargo. Carece de políticas, es un demagogo propenso a la intimidación y que trafica lo que el New York Times llama «la política de la rabia.»

Trump ladra falsedades y calumnias viles, fomenta la intolerancia, menosprecia a los mexicanos, a los musulmanes, a los judíos, a las mujeres y otros. Se hace el tímido con los supremacistas blancos, alaba los crímenes de guerra, elogia a déspotas como Vladimir Putin, y quiere deportar a millones de personas, dice el Toronto Star.

Donald Trump es como un vomitivo que revuelve el estómago. En un equipo de indeseables rivales republicanos, Trump es único por su exagerada vulgaridad.

Pese a su victoria en el llamado Supermartes, cuando ganó en siete Estados, muchos republicanos no soportan la idea de que Trump sea el candidato republicano en una elección general. No lo consideran como un republicano genuino. Ellos temen, con razón, que la candidata demócrata Hillary Clinton lo derrote. Les preocupa el que está destrozando el partido, embarrando su imagen y poniendo en riesgo el control republicano en el Congreso.

De ahí el extraordinario espectáculo de ver al establecimiento republicano, donde cerca de la mitad de sus partidarios no pueden soportar Trump, debatirse entre apoyar al principal candidato, que es Trump, o tratar de sacarlo de la carrera y negarle la nominación.

Muchos republicanos sienten que sólo una fea campaña para derribar a Trump podrá evitar una toma de control del partido aún más fea. Ningún programa de tele-realidad podría competir con semejante drama.

Si las victorias del Supermartes colocaron a Clinton como la principal candidata demócrata sobre Bernie Sanders, esas victorias también le dieron a Trump la ventaja sobre Ted Cruz y Marco Rubio, dos rivales que están aún más a la derecha en algunos temas y no son menos divisivos que Trump.

Este escenario le da al frenético establecimiento republicano apenas unos cuantos días para actuar en conjunto si quiere frenar a Trump. Los notables del partido deben llamar a sus filas a unirse detrás de Rubio o Cruz, bombardear a Donald Trump con publicidades negativas, y rezar para que se produzca un milagro.

Después de esperar demasiado tiempo para sacar a Trump de la carrera, ahora el Partido Republicano está luchando contra el reloj. Irónicamente, el partido no puede atacar a Trump sin hacerse daño a sí mismo como organización política. Y eso podría ser muy costoso.

Las encuestas indican que Clinton derrotará Trump, pero ella sería vulnerable frente a Rubio o Cruz. Pero por muy poco. Ella tiene mucho que ganar si los esfuerzos para hacer caer a Trump muestran al Partido Republicano como una formación caótica y sin dirección.

Pero las situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. La campaña de tierra quemada de Donald Trump ha llevado al partido a esta lamentable situación. Los demócratas, por el contrario, se muestran como un partido basado en la decencia.

Los republicanos ofrecen el triste espectáculo de una casa en llamas, dice finalmente el editorial del periódico canadiense Toronto Star.

Categorías: Internacional, Política
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