“Estamos aquí para nombrar a los muertos, para recordar a los que perdieron la vida luchando contra los abusos de las empresas mineras canadienses”. Con esas palabras inició su alocución la sacerdote anglicana Maggie Helwig este domingo en Toronto en un acto de denuncia de las empresas mineras durante una convención del sector minero canadiense.
Esta acción de denuncia, llamada “La minería canadiense mata”, fue llevada a cabo por la Mining Injustice Solidarity Network, la Red de solidaridad contra la minería injusta, que es una organización de la sociedad civil que busca sensibilizar a la opinión pública y denunciar las prácticas negligentes de las empresas mineras canadienses en el mundo.
El lugar escogido para recordar a las víctimas fue la sede de Convención anual de la Asociación canadiense de prospectores y emprendedores mineros, un evento que se lleva a cabo en Toronto del 6 al 9 de marzo de este año.
Según la Asociación canadiense de prospectores y emprendedores mineros, Canadá es un líder mundial en la exploración y la explotación minera, produciendo más de 60 metales y minerales, contribuyendo anualmente con unos 54.000 millones de dólares al producto interno bruto de Canadá. Esta entidad reúne a unas mil compañías, tiene unos 7.000 miembros y fue fundada en 1932 para representar los intereses del sector minero en Canadá y en el mundo.
En conversación con Radio Canadá Internacional, Rachel Small, miembro de la Red de solidaridad contra la minería injusta, explicaba que su organismo no se opone a la extracción de metales sino a las prácticas de abuso de los derechos humanos y el medioambiente que cometen algunas mineras canadienses. Ella citó algunos ejemplos para ilustrar esta afirmación.
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