La primera mujer que consiguió un doctorado en derecho fue la rumana Sarmiza Bilcescu y lo obtuvo en la Universidad de París después de luchar contra la misoginia y las continuas trabas con las que se encontró por el simple hecho de ser mujer. Sarmiza, que había vivido en su propia piel la injusticia de la inexistencia de mujeres en la universidad, nunca se dedicó a la abogacía, sino que dedicó toda su vida a defender los derechos femeninos.
En 1887, se licenció en derecho pasó a la historia al convertirse en la primera mujer europea que lo había conseguido. En 1890 se doctoró con una tesis titulada Sobre la condición jurídica de la madre.
Consciente de las dificultades de las mujeres de su tiempo, como ya lo pusiera por escrito en su tesis doctoral, decidió dedicar sus esfuerzos a la causa feminista.

Hoy, los tiempos son diferentes. ¿Diferentes?
De acuerdo con la Asociación de abogados en derecho penal de Canadá, CLA, un número «alarmante» de abogadas abandonan el derecho penal privado en el país a causa de los bajos salarios, la falta de beneficios y la falta de respeto por la profesión.
El informe, titulado «La retención de las mujeres en la práctica privada del derecho penal», fue lanzado este fin de semana pasado en una conferencia en London, Ontario. Se encontró que los bajos salarios, la falta de apoyo financiero para la licencia de maternidad y el ser tratadas de manera diferente que sus compañeros masculinos por los jueces y el personal judicial eran algunas de las razones por las que muchas mujeres están abandonando la práctica privada del derecho penal.

El informe confirma lo que muchos habían estado informando anecdóticamente durante años, dice Breese Davies, vicepresidente de la CLA.
«Todos teníamos la impresión que las mujeres estaban dejando la práctica criminal a un ritmo mayor que el de los hombres», dijo.
«Pero nunca habíamos tenido ningún número para determinar si nuestras impresiones eran o no reales.»
El estudio, realizado por Natasha Mason, una investigadora post-doctoral en la Universidad de Griffith en Brisbane, Australia y Anthony Doob, emérito profesor de criminología en la Universidad de Toronto, examinó las estadísticas de Ayuda Legal de Ontario y de la Law Society of Upper Canada. También establecieron cinco grupos de enfoque y llevaron a cabo una encuesta con 225 abogadas penales en la provincia de Ontario.
Encontraron que muchas mujeres abandonaron el derecho penal después de cinco años y que muy pocas estaban practicando en el área después de 10 años.
«Lo más impactante para mí fueron las mujeres que comenzaron a trabajar penalmente en 1996, eran 47. Ocho años más tarde, en 2004, sólo quedaban 13 de ellas», dijo Davies.
Sesenta y uno por ciento de las encuestadas informó que consideraban abandonar a causa de los bajos salarios, largas horas y desafíos relacionados con el sistema de asistencia jurídica, una fuente clave de ingresos para los que están en el derecho penal. Muchas señalaron también la carga financiera de mantener una práctica y una oficina durante los permisos de maternidad.
Muchas mujeres informaron también de una falta de respeto y ser tratadas de manera diferente que los abogados varones por los auxiliares de justicia, la policía, los abogados y los jueces de la corona. Una informó que en muchas ocasiones la llaman «señorita». Otras dijeron que fueron castigadas por pedir a los jueces tiempo para recoger a los niños de la escuela, mientras que sus homólogos masculinos que hicieron peticiones similares no fueron reprendidos.
El estudio también encontró que los abogados sénior tienden a ver a las mujeres como estudiantes o asistentes en lugar de profesionales cualificadas. Sólo el 22 por ciento de las encuestadas dijeron que sentían que los hombres y las mujeres eran tratados por igual en el sistema.
«Es un problema sistémico que debe ser abordado», dijo Davies.
El estudio también encontró que muchas mujeres abandonaron la práctica de defensa privada para tomar puestos en el gobierno o convertirse en fiscales de la Corona, que les garantiza horas regulares, sin gastos generales y beneficios, incluyendo las licencias de maternidad.
RCI, Maureen Brosnahan, CBC News, Internet
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