La convergencia más importante en la que creen tanto demócratas como liberales es que el gobierno tiene que jugar un papel importante para corregir los desequilibrios que suceden en la economía, en la sociedad, en la política. Mientras que los conservadores canadienses y los republicanos en Estados Unidos piensan que lo que más importa son los individuos, que debe dejarse libre la intervención del mercado y por lo tanto, que el gobierno debe limitarse a mantener la seguridad y la estabilidad de un país.
Julián Castro-Rea, profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad de Alberta.
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«Es un honor», dijo el presidente Barack Obama al recibir la invitación del primer ministro canadiense, Justin Trudeau para visitar Canadá. «Estoy deseando hablarle al pueblo canadiense sobre el extraordinario futuro que podemos construir juntos».
Esta frase pronunciada por el mandatario estadounidense cobra todo su sentido cuando se sabe que Canadá es el socio comercial más grande de EEUU, con más de 2,000 millones de dólares en bienes y servicios cruzando la frontera a diario. Casi 75% de las exportaciones canadienses van hacia el país vecino. Significa también un retorno a los encuentros trilaterales, con la inclusión del mandatario mexicano Enrique Peña Nieto, en una nueva Cumbre de Líderes de Norteamérica que tendrá lugar este verano.
Hacía 19 años que EE UU no organizaba una cena de Estado para un primer ministro canadiense. Entonces el presidente era Bill Clinton, demócrata como Obama, y el primer ministro Jean Chrétien, liberal como Trudeau.

“Hay una identificación ideológica mucho más cercana entre el partido demócrata de EEUU y el partido liberal de Canadá. Hablan el mismo lenguaje, tienen prioridades parecidas, un entendimiento de la cosa pública muy similar, lo cual obviamente facilita las relaciones. No creo que haya sido una casualidad que el presidente Obama haya decidido organizar esta cena de Estado para señalar justamente esa convergencia entre él y Trudeau. Incluso la química personal que vimos a través de la prensa e internet, que se desarrolla entre ambos es obvia, es clara. Hay una identificación de objetivos”.
Los nuevos tiempos de esta relación significan un retorno a la tradición de Canadá como país del multilateralismo y el consenso, indica el profesor Julián Castro-Rea. Ambos mandatarios prometieron facilitarles a sus respectivos países los acuerdos comerciales y de inversión mutua; compartir más información de sus listas de tráfico aéreo para evitar el movimiento de combatientes extranjeros, y promover la energía limpia como el principal foco del crecimiento económico.
Castro-Rea señala la sintonía entre ambos mandatarios norteamericanos que se percibe, entre otros, en la puesta en marcha conjunta del acuerdo de diciembre en París para frenar el cambio climático, que ha dado pie a compromisos durante este encuentro en Washington. La posición contrasta con la de Harper, que se desmarcó de los acuerdos internacionales en la materia.
Las señales que envía Trudeau a México y a América latina, en general, son analizadas también por Julián Castro-Rea, profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad de Alberta.
Esto y más en la entrevista.
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