La Unión Europea y Rusia lanzaron este lunes una nave espacial en una misión conjunta para buscar señales de vida en Marte y abrir la posibilidad de un viaje tripulado por humanos hacia el planeta rojo.
La nave, que forma parte del Programa ExoMars, despegó del cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, impulsada por un poderoso cohete Protón, en un viaje espacial que durará unos siete meses.
La misión lleva a bordo una sonda para estudiar gases como el metano, que es un componente químico que en la Tierra está fuertemente vinculado a formas de vida. Este gas fue detectado en anteriores misiones a Marte como un elemento presente en su atmósfera.
«¿Por qué estamos tan interesados en Marte? Estamos intentando comprender cómo se originó la vida en el sistema solar», afirmó Pascale Ehrenfreund, presidenta de la junta ejecutiva de la agencia espacial alemana DLR.
Los científicos creen que el metano podría proceder de microorganismos, llamados metanógenos, que o bien se extinguieron hace millones de años y dejaron gas congelado bajo la superficie del planeta o siguen sobreviviendo como organismos productores de este gas.
Otra posible explicación para la existencia de metano en la atmósfera marciana es que podría ser producido por un fenómeno geológico, como la oxidación del hierro.
La nave desplegará en Marte un dispositivo que probará las tecnologías necesarias para poner en funcionamiento un ‘rover’ en 2018, un paso más en la superación de los retos tecnológicos prácticos que podrían enfrentar posibles vuelos futuros tripulados.
«Estoy seguro de dentro de 20 ó 30 años los humanos llegarán a ese planeta», comentó Thomas Reiter, director de Vuelos Tripulados y Exploración Robótica de la Agencia espacial europea.
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