La Unión Europea hizo un llamado este viernes a países como China y Brasil para que impongan ellos también sanciones a Rusia, dos años después de la anexión de la península ucraniana de Crimea al Kremlin. Moscú afirmó por su parte que la región era tierra rusa y que su estatus no era negociable.
En un comunicado, el Consejo de Europa dio a conocer su preocupación frente al reforzamiento militar ruso en la península, particularmente el despliegue de baterías de misiles aéreos y terrestres.
Estados Unidos, La Unión Europea, Japón, Australia y Canadá impusieron sanciones a Rusia tras la anexión de Crimea.
Las sanciones europeas, impuestas en 2014 y reforzadas en diciembre siguiente, prohíben a los residentes de los países de la Unión Europea comprar o financiar sociedades instaladas en Crimea. El presidente ruso Vladimir Poutine prevé llegar a Crimea este viernes.
Crimea se convirtió en una parte de Ucrania en 1954, tras una decisión del dirigente soviético Nikita Khrouchtchev.
En plena crisis ruso-ucraniana, consecutiva a la revolución del Euromaidán, Crimea proclamó su independencia el 11 de marzo de 2014. El 16 de marzo, en el marco de un referendo sobre la anexión a Rusia, el “sí” ganó con un 97%. La anexión fue oficializada dos días después.
El Kremlin reafirmó este viernes que Crimea no podía ser “un asunto de negociaciones o de contactos internacionales”. “Nuestra posición es conocida: es una región de la Federación de Rusia. Rusia no discute, ni discutirá jamás de sus regiones con quien sea”, dijo a los periodistas el portavoz de Poutine, Dmitri Peskov.
“En este caso preciso, es necesario respetar la elección de los habitantes de Crimea y la decisión que fue tomada hace dos años”, agregó.
Radio Canadá Internacional con informaciones del periodista Raymond Saint-Pierre de Radio-Canadá.
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