Rob Ford, el ex alcalde de la ciudad de Toronto, que polarizó a los votantes con su estilo político temerario, sin compromisos y desfachatado -y se convirtió en una celebridad internacional por su consumo de drogas y alcohol mientras estaba en su cargo- murió esta mañana a los 46 años, después de luchar contra un cáncer desde 2014.
El excéntrico alcalde fue definido también por sus aparentes contradicciones: millonario con actitud de trabajador de la clase obrera, un luchador que promovió la expansión del metro de su ciudad por encima de otras opciones de transporte menos costosas y un hombre que mientras se desempeñaba como alcalde parecía más interesado en ser entrenador de fútbol norteamericano en una escuela secundaria.
Rob Ford fue elegido concejal de un suburbio de Toronto en el 2000 y fue ganándose su reputación como un luchador populista por la reducción de los costos al máximo y como militante por la eliminación de los gastos superfluos.

Él comenzó a hacer los titulares de los diarios, cuando durante su campaña por la alcaldía de Toronto en 2010, salió la noticia que había sido detenido en Florida, EEUU, 10 años antes por manejar en estado de ebriedad y posesión de marihuana. Rob Ford comenzó por negar los hechos pero después confirmó la noticia.
Como los residentes de Toronto estaban cansados del aumento de los gastos de la alcaldía, Rob Ford les prometió en 2010 que acabaría con ese despilfarro. La mayoría le creyó y lo eligieron alcalde en octubre del mismo año, a pesar de sus “pecados” y excesos verbales.
El nuevo alcalde tuvo un comienzo de mandato prometedor y cumplió con sus promesas de abolir el impuesto sobre la inmatriculación de los vehículos y privatizar parcialmente la recolección de la basura.

Los rumores de abuso de alcohol corrían ya, pero las alegaciones publicadas el 16 de mayo de 2013, según las cuales Rob Ford fumaba crack, un derivado de la cocaína, tuvo el efecto de una bomba política. La noticia hizo los titulares en distintos lugares del mundo, en la red de televisión estadounidense CNN y el diario francés Le Monde.
Durante meses, Rob Ford negó ser un toxicómano y decía que él jamás había fumado crack. Finalmente, ante periodistas reunidos para una rueda de prensa improvisada en la alcaldía en noviembre de 2013, el entonces alcalde de la ciudad más grande de Canadá, confesó: “Sí, yo ya fumé crack en uno de mis momentos de borrachera más profundos”. Pero a pesar de su confesión se negó a renunciar a su cargo.

En mayo de 2014, Rob Ford aceptó hacer una cura de desintoxicación, oficialmente por un problema de alcohol. Pasó dos meses en la clínica antes de regresar nuevamente a la alcaldía. Los concejales, cansados del circo mediático del alcalde, le retiraron sus poderes y los confiaron a un alcalde adjunto.
Fiel a sus principios, Ford se presentó nuevamente como candidato a la alcaldía para un segundo mandato el otoño del mismo año. Pero en plena campaña electoral y mientras parecía haberle dado la espalda sus viejos demonios personales, supo que sufría de cáncer. Rob cedió su lugar como candidato a su hermano Doug, quien perdió contra el ex jefe de los conservadores de la provincia de Ontario, John Tory. Rob fue elegido igual como concejal.

Rob Ford tuvo que pasar varios tratamientos de quimioterapia, que finalmente hicieron disminuir su tumor y finalmente los médicos le retiraron lo que quedaba mediante una cirugía. Regresó a la alcaldía como concejal, pero él y su hermano, dijeron que se presentarían nuevamente para la alcaldía en las elecciones de 2018.
En octubre de 2015 se le declaró un segundo cáncer, esta vez en la vejiga y tuvo que comenzar de nuevo los tratamientos de quimioterapia. Su adversario esta vez fue mucho más tenaz y desafortunadamente para él y su familia, perdió esta mañana su combate.
CBC News (Andre Mayer)/Radio Canadá
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