El refrán dice “A falta de faisán, buenos son rábanos con pan” y describe la actual situación laboral en la provincia de Alberta, en las praderas canadienses.
Allí el derrumbe de los precios del petróleo en los mercados internacionales ha tenido un efecto “perversamente positivo”, según la periodista Allison Dempster, en las plantas procesadoras de carne, y más específicamente en los mataderos de cerdos.
Para tener una perspectiva, el precio del barril de petróleo alcanzó en junio de 2008 a los 139,83 dólares estadounidenses. Para el 13 de enero el precio cayó a 46,59 dólares, lo que representa una caída de un 67 %. Este martes 29 de marzo, el precio de ese barril empezó la jornada en 39,33 dólares estadounidenses.
Esta caída mundial del petróleo se tradujo en Alberta en la pérdida de unos 19.600 puestos de trabajo en este sector.
La crisis petrolera ha llevado a muchos trabajadores que perdieron sus empleos en el sector petrolero a buscar trabajos en un sector que siempre tuvo dificultad en encontrar personal, el sector de la agroindustria.
Mark Chambers es uno de los empleadores que por años ha enfrentado el desafío de conseguir mano de obra para su empresa. Él es un administrador de la planta procesadora de carnes Sunterra Farms, en el pueblito de Acme, al norte de Calgary, que se dedica a proveer carne de cerdo, cordero, res y bisonte a los supermercados.
Chambers dice que en los dos últimos meses su empresa ha tenido menos problemas en encontrar trabajadores interesados en laborar en su empresa.
Otra persona que ve con mucho optimismo la debacle del sector petrolero en las Praderas canadienses en Rob Saik, el fundador en 1997 de la empresa de consultoría y servicios agrícolas Agri-Trend. Él indica que aunque los salarios en la agricultura no pueden competir con los que pagan en el sector petrolero, la agricultura es más estable a largo plazo.
Aunque tanto Chambers como Saik están recibiendo solicitudes de empleo como nunca vieron en los últimos años, esto no significa que la situación haya mejorado de manera permanente. Ellos saben que los días difíciles, en los que cuesta encontrar trabajadores que quieran un empleo en las plantas procesadoras de carne, o en la agricultura, regresarán. Y esto ocurrirá cuando empiecen a aumentar de nuevo los precios del petróleo.
Fuentes: A. Dempster/CBC/RCI
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