El gran partido de centro del vicepresidente de Brasil, Michel Temer deberá cerrar la puerta este martes de la coalición gubernamental de la presidenta Dilma Rousseff, con el objetivo declarado de precipitar su caída para tomar el poder.
La dirección nacional del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), un aliado clave del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en el poder se reúne en la tarde en el Congreso de los diputados en Brasilia para «una reunión de cierre, de adiós al gobierno. Calculamos una votación del 80% a favor «de una salida, según el diputado Osmar Terra, un miembro de la dirección nacional.
Michel Temer, de 75 años, no oculta su ambición de suceder rápidamente a Rousseff, de 68 años, cada vez más aislada ante la cercanía de un voto de los diputados sobre su destitución esperada para mediados de abril.
Este abogado constitucionalista, que asumiría el poder hasta las elecciones de 2018 en el caso de destitución de la presidente, orquestó en los últimos días entre bastidores el paso de su partido a la oposición.
En noviembre pasado, Temer escribió una carta cargada de recriminaciones contra la presidenta y presentó un programa económico neoliberal, que contempla recortes del gasto público y la revisión de programas sociales y del sistema de pensiones.
La crisis brasileña entró en una espiral en las últimas semanas, alimentada por los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras, y por una recesión económica de escala histórica.
¿Golpe de Estado?
Rousseff y su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), que denuncian el impeachment como una tentativa de «golpe de Estado», se esforzaban por neutralizar, aunque sea parcialmente, el divorcio con la fuerza política que puede tener en sus manos el destino del país.
«Veo con tristeza que el PMDB quiera apartarse del gobierno, aunque no creo que salgan los ministros. (…) Ocurrirá como en 2003, cuando sólo una parte del PMDB me apoyaba. Puede que se dé una coalición sin concordancia de la dirección», dijo Lula el lunes en un encuentro con corresponsales extranjeros en Sao Paulo.
Rousseff mantuvo por su lado consultas con seis ministros del partido centrista, indicó la estatal Agencia Brasil.
El Partido Progresista (PP), otro aliado de peso del PT que cuenta con 49 diputados y un ministro, podría poner en juego esta misma semana su respaldo a la mandataria y saltar a la vereda de enfrente.
La Presse, AFP
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