Los presidentes de Colombia y Cuba: Juan Manuel Santos y Raúl Castro, junto al representante de las FARC, Rodrigo Londoño.

Los presidentes de Colombia y Cuba: Juan Manuel Santos y Raúl Castro, junto al representante de las FARC, Rodrigo Londoño.
Photo Credit: Radio Canada

Violencia paramilitar en Colombia amenaza el diálogo de paz entre el Gobierno y las FARC

El incremento de la violencia paramilitar en Colombia se ha convertido en un nuevo obstáculo en la recta final de las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Tales fueron las declaraciones de la guerrilla colombiana este miércoles al iniciar un nuevo ciclo de conversaciones en La Habana.

Después de más de tres años de discusiones, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC han logrado acuerdos parciales en varias áreas, aunque fracasaron en alcanzar un pacto definitivo previsto para el 23 de marzo por «diferencias importantes» sobre el desarme de los rebeldes, quienes todavía no están convencidos de las garantías para su seguridad.

«Con grupos paramilitares, con crímenes y atentados, con amenazas y terror no puede materializarse la paz», dijo el comandante Pablo Catatumbo, miembro del equipo negociador de las FARC al leer un comunicado.

«Con paramilitarismo no habrá paz», aseguró poco antes de volver a la mesa de diálogo en Cuba.

Una banda criminal armada dirigida por ex combatientes paramilitares de derecha obligó a escuelas y empresas a cerrar sus actividades en una amplia región de Colombia durante dos días la semana pasada, tras causar la muerte de cinco personas, según el Centro de Estudios para el Análisis de Conflictos de Bogotá.

Las acciones de la banda de delincuentes, que disputa el territorio con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se han sumado a los temores de los rebeldes ante el reciente aumento de los asesinatos políticos que recuerdan las ejecuciones precedentes de miembros de las guerrillas desmovilizadas en las décadas de 1980 y 1990.

La inseguridad de los rebeldes izquierdistas ha llevado a la determinación de la guerrilla a no dejar las armas por el momento, un tema clave en las negociaciones que complica las conversaciones que se llevan a cabo en La Habana.

El Gobierno colombiano niega que existan escuadrones paramilitares de ultraderecha, aunque admite que se trata de bandas criminales dedicadas al narcotráfico, sin ideología política.

«El paramilitarismo no es ningún fantasma invocado por la insurgencia», sostuvo Catatumbo en alusión a declaraciones la semana pasada del ministro colombiano de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien aseguró que las FARC están usando «el fantasma del paramilitarismo» como una táctica dilatoria para la firma de la paz.

Después de más de 50 años de confrontación armada, el fracaso de tres procesos anteriores y a pesar de las contradicciones, las FARC y el Gobierno parecen encaminados a cerrar un conflicto que ha dejado más de 220.000 muertos y millones de desplazados.

Categorías: Internacional, Política
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