En Buenos Aires, miles de argentinos acudieron este miércoles bajo la lluvia a recibir con afecto a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien viajó a la capital de Argentina tras cuatro meses de descanso para prestar declaraciones ante la Justicia por una causa en la que se investigan operaciones financieras del Banco Central.
La reaparición pública de Fernández se produjo cuatro meses después de dejar la presidencia en manos de Mauricio Macri, político que en los primeros meses de su mandato impuso un ajuste neoliberal de la economía, en medio de acusaciones de irregularidades.
La multitud de simpatizantes de la ex presidenta argentina saturó los medios de transporte público y generó un embotellamiento del tránsito en las inmediaciones de los tribunales federales de Buenos Aires, donde la ex mandataria peronista declara ante el juez Claudio Bonadío.
«Vamos a volver» al Gobierno y «si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar», cantaba la multitud.
Muchos seguidores de Fernández consideran que las acusaciones en su contra son parte de una desembozada persecución política.
El juez Bonadío investiga operaciones de venta de futuros de dólar que realizó el Banco Central el año pasado, que ocasionaron pérdidas a la entidad. Sin embargo, varios expertos cuestionan que se responsabilice a la ex presidenta por una decisión de política económica.
«La investigación por la venta de futuros no tiene futuro, porque no hay un delito penal ahí. Bonadío ya ha ido demasiado lejos, no creo que se anime a encarcelar a Cristina», declaró una fuente judicial que conoce la causa.
La ex mandataria también está imputada en otra causa por el delito de lavado de dinero, en la cual se investiga a ex funcionarios y empresarios por el presunto desvío de fondos públicos bajo su Gobierno.
Fernández se recluyó en su hogar de la sureña provincia de Santa Cruz tras entregar la presidencia en diciembre pasado tras una ajustada elección y solamente hizo apariciones a través de las redes sociales.
Su llegada a la capital argentina se produce en momentos difíciles para el presidente Macri, cuyo nombre aparece en los Papeles de Panamá, una filtración que reveló la identidad de personajes que esconden su dinero en paraísos fiscales para no pagar impuestos.
Macri también sufre una caída en el apoyo del electorado debido a la devaluación de la moneda, la serie de brutales aumentos de tarifas por servicios públicos como la electricidad, los miles de despidos de empleados públicos, así como una lista de polémicas nominaciones en cargos públicos.
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