La Corte Suprema de Justicia de Brasil será la encargada de decidir el futuro de la presidente Dilma Rousseff.
La mandataria decidió recurrir al máximo tribunal para pedirle que impida que se lleve a cabo un voto sobre su continuidad o su suspensión del poder que se realizará en la Cámara de Representantes.
El ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, aseguró que el proceso de destitución o suspensión de la presidente Rouseff está “manchado” por posibles irregularidades procedimentales.
La Cámara baja del parlamento tiene previsto votar, el próximo domingo, sobre la recomendación de una comisión multipartidista que dejó en manos de la plenaria la decisión sobre la permanencia de Rousseff en el poder.
La mandataria de los brasileños está envuelta en un escándalo de corrupción que afecta a su partido, el Partido de los Trabajadores y que podría dejarla fuera del poder. La acusan de haber “maquillado” las cuentas públicas -durante la pasada campaña presidencial- para favorecer su reelección.
En las últimas horas, y luego de conocerse la intención del vicepresidente de formar un nuevo gobierno dejando de lado la lealtad con Rousseff, varios partidos políticos de la coalición gubernamental decidieron darle la espalda al gobierno y votar contra la presidente.
El Partido del Movimiento Democrático Brasileño, el Partido Social Democrático y el Partido Progresista de Brasil anunciaron su voto a favor de la destitución.
Para aprobar la destitución se necesitan 342 votos favorables de los diputados y, según un sondeo realizado por el Estado S. Paulo, 333 representantes a la Cámara están claramente de acuerdo con que la gobernante abandone el poder. 124 están abiertamente en contra y 56 se declararon indecisos.
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