A pesar del paso de las horas, las autoridades y las familias de damnificados ecuatorianos siguen esperanzados en poder rescatar a decenas de personas que se encontrarían bajo los escombros de centros comerciales, edificios y casas que se derrumbaron como consecuencia del terremoto que golpeó el país sudamericano.
El movimiento telúrico, de una magnitud de 7,8 en la escala de Richter, sacudió el territorio ecuatoriano dejando un saldo, parcial, de 350 muertos y más de dos mil heridos.
Ante el tamaño de la destrucción dejada por el terremoto, la Comisión Europea hizo la donación de un millón de euros que podría ser la primera de otras donaciones que serán manejadas, en el terreno, por los organismos humanitarios que la Unión Europea considera como asociados.
La comunidad internacional, luego de un llamado lanzado por Ecuador y las Naciones Unidas, se está organizando para contribuir con la búsqueda y el rescate de sobrevivientes y con la posterior reconstrucción de viviendas de los damnificados.
En olas últimas horas han llegado a territorio ecuatoriano equipos de emergencia como potabilizadoras de agua, carpas y material médico procedentes de otros países. Además, rescatistas expertos en situaciones de desastre han llegado desde Europa, América del Norte y América Latina.
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