Según un balance del ministerio de Salud de Afganistán, el atentado contra uno de los servicios afganos de seguridad reivindicado por los talibanes, dejó este martes por lo menos 28 muertos y más de 320 heridos en Kabul.
Civiles y miembros de las fuerzas afganas de seguridad se encuentran entre las víctimas de este atentado suicida al carro-bomba, seguido de un tiroteo contra la sede de la Dirección Nacional de Seguridad, DNS, uno de los principales servicios de seguridad del país. El presidente Ashraf Ghani condenó vigorosamente el atentado en un comunicado.
Los talibanes, que lanzaron la semana pasada su “ofensiva de primavera”, reivindicaron el atentado contra el Departamento 10, una unidad de la DNS encargada de la protección de ministros y personalidades.

Zabihullah Mujahid, portavoz de los talibanes, dijo que miembros del comando pudieron entrar en el edificio donde se enfrentaron con las fuerzas de seguridad. Esta información no ha podido ser verificada con las autoridades afganas.
Esta mañana temprano, hora local, se oyó una explosión en el centro de Kabul y una espesa columna de humo negro se levantó por encima de un sector de la capital, donde se encuentran, además de la DNS, edificios de otros ministerios, las sedes de otras agencias de seguridad, la embajada de Estados Unidos y el cuartel general de la misión internacional bajo el mando de la OTAN. El palacio presidencial y el ministerio de Defensa se encuentran en el mismo sector.
Según Reuters, el tiroteo se oyó durante más de media hora después de la explosión.
La embajada estadounidense así como la coalición militar bajo el mando de la OTAN dijeron que no sufrieron ningún daño debido a la explosión.
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