El rehén canadiense John Ridsdel murió en Filipinas a manos de los yihadistas de Abu Sayyaf, que había exigido en noviembre pasado varios millones de dólares a cambio de su liberación y la de otros dos rehenes, entre ellos, el de otro canadiense, Robert Hall.

Los yihadistas afiliados al grupo armado Estado Islámico, habían dado una fecha límite del lunes 25 de abril a las 15 pm. Si el plazo no era respetado, amenazaron con matar a uno de los tres hombres cautivos.
El hombre de 68 años fue secuestrado en septiembre de 2015, cuando se encontraba en el puerto deportivo del complejo hotelero Holiday Oceanview situado a 975 km al sureste de la capital, Manila.
El canadiense Robert Hall, de 50 años, y su esposa Teresita Flor, una filipina de 40 años, y un noruego de 56 años Kjartan Sekkinstad, también fueron secuestrados.
El ejército de Filipinas dice que puso en marcha una operación para rescatar a los rehenes detenidos por el grupo terrorista, que se encontrarían en la isla de Jolo, en la provincia de Sulu. Los islamistas tendrían también secuestrados a 14 indonesios y 4 malasios, marineros secuestrados el mes pasado en su remolque del barco.
El Sr. Ridsdel, de 68 años, fue consultor de la minera de TVI Resource Developement Filipinas, una subsidiaria de la canadiense TVI Pacific que él ya había dirigido.
Ridsdel estaba semi retirado. Creció en Yorkton, Saskatchewan.
La información de un sitio web, negocios Bloomberg, dice que Ridsdel solía trabajar para Petro-Canada, internamente en un primer momento y posteriormente en Pakistán, Birmania y Argelia.
Antes de unirse a Petro-Canadá, trabajó como productor y reportero en CBC en Calgary y Regina, y también en el Calgary Herald.
Ottawa denuncia una «muerte innecesaria»
«Canadá condena enérgicamente la brutalidad de los secuestradores y esta muerte innecesaria», dijo el lunes en una conferencia de prensa, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien dijo que estaba «indignado» por el asesinato «cometido a sangre fría» .

«La plena responsabilidad» de esta muerte va » al grupo terrorista que tomó a la víctima como rehén «, agregó.
El señor Trudeau ha ofrecido sus condolencias a los familiares del señor Ridsdel, destacando el «calvario» que acaban de vivir.
El primer ministro concluyó diciendo que no quería hacer comentarios que pudieran «socavar los esfuerzos en curso», sin agregar detalles.
Radio Canadá/CBC/con ASSOCIATED PRESS
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