Trudeau habla con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tras una rueda de prensa en febrero en la que dijo que Canadá buscará un lugar en el Consejo de Seguridad.
Photo Credit: (Chris Wattie / Reuters)

¿Cómo puede Canadá regresar al Consejo de Seguridad?

El primer ministro Justin Trudeau, al lanzar la campaña para la obtención de un asiento en el Consejo, dijo que Canadá basaría su participación en la promoción de la inclusión, la diversidad y el respeto de los derechos.   ¿Cómo hacer que esos valores cobren vida?

El primer ministro Justin Trudeau anunció que Canadá tratará de ganar un asiento del Consejo de Seguridad de la ONU en 2021, algo que los académicos dicen que va a ser costoso y competitivo. © (Marco Dormino / Naciones Unidas / Associated Press)
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Un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU tendrá un costo de millones de dólares en ayudas y promesas políticas a las naciones más pequeñas cuyos votos serán fundamentales para que Canadá lo obtenga en 2021, dicen expertos canadienses en asuntos internacionales.

El nuevo gobierno liberal puede que tenga también que modificar algo del poco diplomático lenguaje  que el anterior gobierno conservador desplegó contra Rusia y en apoyo de Israel si quiere jugar el papel de mediador que un asiento de este tipo requiere, agregó un observador.

Canadá gastó unos 10 millones de dólares para ganar su último término en el consejo de la ONU, dijo el profesor de la Universidad de Carleton David Carment. Eso fue para un puesto ocupado por el ex ministro de Asuntos Exteriores Lloyd Axworthy, entre 1999 y 2000.

Quince miembros son permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU. Se trata de  EE.UU., Rusia, Reino Unido, República de China y Francia, mientras que los otros 10 asientos rotan entre los países elegidos para ellos.

Canadá compite contra aquellos llamados países occidentales europeos y bloques de otros Estados, que obtienen dos de los 10 puestos no permanentes. Cada dos años, se eligen dos países de ese bloque.

Es una posición que Canadá ha ganado seis veces desde la creación del Consejo en enero de 1946, recuerda CBC.

En este punto, los dos principales competidores de Canadá para la obtención de un asiento en 2021 serán Irlanda y Noruega, que han manifestado su intención de presentarse.

En este contexto, el periódico nacional Globe and Mail, de Toronto, publicó un análisis de dos antiguos políticos canadienses, Lloyd Axworthy, ex ministro canadiense de Asuntos Exteriores y  Allan Rock, ex embajador de Canadá ante las Naciones Unidas.

Con el título bien sugestivo de Cómo Canadá puede ganar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU ambos intelectuales proponen algunas pistas a seguir, entre ellas, la necesidad de iniciar la tan mentada reforma del consejo de Seguridad de la ONU.

La derrota de Canadá en 2010 fue un golpe muy fuerte, del cual  todavía nos estamos recuperando, señalan.

Allan Rock, ex embajador de Canadá ante las Naciones Unidas © CBC

Y recuerdan el mayor número de votos emitidos a favor de Canadá para el Consejo de Seguridad en la elección de 1998. ¿Cómo fue posible esa formidable campaña? Entre otras cosas, porque Canadá presentó una plataforma de propuestas concretas.

“Nuestro objetivo fue llevar el enfoque del Consejo hacia la seguridad humana, que se opone a los autócratas y señores de la guerra que abusan de sus poblaciones y proteger a los civiles, entre ellos mujeres y niños. A la sombra de Ruanda y Srebrenica, esa plataforma tocó una fibra sensible, generó un apoyo sin precedentes y proporcionó el impulso que nos permitió lograr, durante nuestro mandato, gran parte de lo que nos habíamos propuesto”.

El tiempo ha llegado de nuevo para Canadá de modelar una plataforma coherente que atrape la imaginación y consiga el apoyo de los estados miembros de la ONU. Para un país que quiere volver a participar después de casi una década de desdén por el multilateralismo, la elección del consejo representa para Canadá la oportunidad de reclamar su lugar en el mundo con una campaña substancial – basada en la humildad y el respeto- con objetivos de soluciones colectivas.

Recientemente durante una conferencia en la Universidad de Ottawa, antiguos y actuales líderes de todo el mundo debatieron el lugar de Canadá en el cambiante orden global. Lo que surgió fue el consenso de que Canadá, al volver a unirse a la comunidad de las naciones, debe «apostar a sus puntos fuertes» mediante la alineación de lo que mejor hace con las necesidades del mundo.

El primer ministro Justin Trudeau, al lanzar la campaña para la obtención de un asiento en el Consejo, dijo que Canadá basaría su participación en la promoción de la inclusión, la diversidad y el respeto de los derechos.

¿Cómo hacer que esos valores cobren vida? Se preguntan Lloyd Axworthy y  Allan Rock.

Allan Rock, ex embajador de Canadá ante las Naciones Unidas © CBC

Empezando  con la reforma de la ONU, dicen. Es el momento de pulir la legitimidad de la institución, a partir de prácticas basadas en el mérito y la rendición de cuentas. Se puede comenzar con el proceso de selección del próximo secretario general (y Canadá debería apoyar a una de las muchas candidatas calificadas). La comisión mundial co-presidida por Ibrahim Gambari y Madeleine Albright recomendó el año pasado cambios de largo alcance en la gobernanza de la ONU, entre ellos, reformar el disfuncional  Consejo de Seguridad y establecer organizaciones regionales de seguridad. También propusieron una fuerza de reserva de las Naciones Unidas de tropas especialmente entrenadas, policías, trabajadores de la salud, expertos en desastres y agentes de desarrollo, con la ayuda de las nuevas comunicaciones y la tecnología de alerta temprana, incluida la vigilancia por aviones especialmente diseñados.

La crisis en materia de migración ofrece una oportunidad para el liderazgo de Canadá, señalan los autores del análisis. “Usemos la atención favorable que tuvimos al aceptar 25.000 refugiados sirios, para demostrar que se trata de un problema mundial, no solo europeo, para desafiar y solicitar reasentamientos adicionales en países más allá de Europa. Eso ayudaría a disminuir la presión sobre la UE y a reducir el número de muertes innecesarias de los migrantes desesperados.

Canadá debe volver a comprometerse con África y trabajar con socios allí hacia el mejoramiento de la gobernabilidad, la prevención de conflictos y la protección de la salud pública. “El sur global nos observará  por nuestro compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, a enfrentar las condiciones que sufren los más de mil millones de personas más pobres del mundo”.

¿Y en el frente interno?

Lloyd Axworthy y  Allan Rock señalan que Canadá puede destacar sus valores a través de posiciones que privilegia en el país, como trabajar por la equidad para la población indígena de Canadá y realizar inversiones militares ya no para las guerras sino para aumentar la capacidad de establecer y mantener la paz.

Ganar una campaña del Consejo de Seguridad requerirá de buenas ideas.  El sector empresarial, la sociedad civil, las universidades y otros deben ser alentados a contribuir con sus pensamientos.

“Mostremos al mundo una vez más que en la elección del Consejo de Seguridad,  la circulación de nuevas ideas y el valor de una visión positiva todavía pueden  triunfar.

Y vamos a unir al país a la causa, logrando no sólo un éxito para el gobierno, sino también una victoria para los canadienses, concluyen  Lloyd Axworthy actual presidente de la junta de CUSO y ex ministro canadiense de Asuntos Exteriores y  Allan Rock, presidente de la Universidad de Ottawa y ex embajador de Canadá ante las Naciones Unidas

CBC/Globe and Mail/Internet

Categorías: Indígenas, Inmigración y Refugiados, Internacional, Política, Sociedad
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