En Estados Unidos, los capos de los grandes partidos políticos generalmente están dispuestos a congraciarse con el candidato que gana la campaña para la investidura presidencial. Pero la que acaba de llevar a Donald Trump este año, dividió tanto al Partido Republicano que algunos piensan votar de otra forma en las elecciones presidenciales del mes de noviembre próximo.
Desde la victoria del multimillonario neoyorquino en Indiana este miércoles y del retiro de sus últimos dos opositores, Ted Cruz y John Kasich, varios miembros del partido -algunos moderados y otros conservadores- declararon públicamente que se niegan a alinearse detrás de Donald Trump, lo cual podría ser problemático si deciden no votar este otoño.

Algunos evocaron su intención de abstenerse y de mantenerse al margen de la campaña presidencial republicana en el transcurso de los próximos meses. Este es el caso del ex presidente republicano George W. Bush, que hizo saber por intermedio de su portavoz que no comentará la próxima campaña a la Casa Blanca. Su padre, George H. W. Bush estuvo particularmente silencioso en las últimas semanas, mientras que su hermano Jeb Bush, ofreció su apoyo a Ted Cruz antes de retirarse de la campaña a la investidura en el mes de marzo pasado.
Otros republicanos influyentes dejaron entender incluso que consideran votar por la demócrata Hillary Clinton en noviembre. Este es el caso de Mark Salter, ex consejero del senador John McCain, que envió un tuit muy popular: “El Partido Republicano va a investir a un tipo que lee el National Enquirer (tabloide de escándalo) y cree que es su nivel. Estoy con ella”, agregó en su tuit, retomando la expresión de los partidarios de Hillary Clinton.

Los republicanos moderados estuvieron a menudo contrariados por las declaraciones controvertidas de Donald Trump, quien prometió en los últimos meses levantar un muro en la frontera con México, deportar a los inmigrantes ilegales y prohibir la inmigración musulmana para combatir el terrorismo.
En cuanto a los republicanos conservadores, que habían apostado por Ted Cruz, algunos piensan en una candidatura independiente, mientras que otros le apuestan ahora a Gary Johnson, candidato del Partido Libertario.
En total, la publicación The Hill, contó alrededor de un centenar de personalidades republicanas que se comprometieron públicamente a no votar por Donald Trump, entre las cuales se encuentran los senadores Lindsey Graham y Ben Sasse, el representante Justin Amash y Mitt Romney, candidato a la presidencia en 2012, que perdió ante Barack Obama.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.